Un Milagro.

438 60 205
                                    

– Tienes que tranquilizarte — la conduce de los hombros por el pasillo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Tienes que tranquilizarte — la conduce de los hombros por el pasillo

– Se dice tan fácil — rueda los ojos

– Empieza por un baño de tina caliente, quédate ahí al menos hora y media, escucha música relajante o lee un poco

– ¿Y luego que? — abre la puerta del cuarto

– Sales en bata, te tomas tu tiempo con tus cremas, hidratas tu cabello, luego la pijama...

– ¿Pijama? Regina son la una de la tarde

– Una y media, puedes tomar una siesta

– ¿¡Siesta!? — ríe negando

– Retomando, te pones la pijama, luego a la cama y yo te hago un masaje

– ¿Por qué tengo que tomar un baño tan largo?

– Porque necesitas aprender a perder el tiempo, a relajarte un poco, encontrarás algo entretenido en la tina

– Quiero trabajar

– Siéntate en la cama, voy a quitarte los tacones y luego vas al baño a preparar tu tina — la sienta

– Sigo queriendo trabajar

– De acuerdo, llévate tu cuaderno y diseña un edificio — se agacha para soltar las tiras de sus tacones — Estarás distraída y concentrada, también quítate la peluca

– Pues claro, no me voy a meter a la tina con esto puesto

– No sería la primera vez que lo haces

– Aquella vez estaba ebria y ni siquiera cargue la tina, llegué para acostarme en la tina ¿Por qué? No lo sé

– No estabas ebria, drogada si — niega

– Ah si — ríe — La vez que estaba ebria tú fuiste con Isabela a esa excursión del colegio, así que no me viste

– ¿Sabes que más puedes hacer mientras estás en la tina? — se levanta

– ¿Masturbarme?

– Exacto pero lo que te iba a sugerir es pensar en tu parto ¿Quieres parto natural? ¿Epidural? ¿Cesárea?

– La cesárea ni loca, estuve ahí cuando te rebanaron como pan caliente — se quita la peluca haciendo muecas leves — Fue horrible

– ¿Cómo que horrible? Dijiste que todo se veía bien

– ¿Y querías que te dijera cómo estaban cortando capa por capa? ¿Y cómo empujaban algunos de tus órganos?

– Ay no, ya me lo imaginé — toma la peluca para ponerla en su base

– Había mucha sangre, te metían y sacaban gasas... Fue horrible, luego sacaron a Isabela — la ve — No puedes decir que no te amo Regina porque presencie todo eso y pude esconder mi cara de horror para no asustarte

°•°•Perfidia°•°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora