¿Akbal?.

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– ¿Lista para ir a casa Doña? — indagó al verla salir de La Constructora mientras le abría la puerta del coche

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– ¿Lista para ir a casa Doña? — indagó al verla salir de La Constructora mientras le abría la puerta del coche

– No, iremos por otro perro antes

– ¿Otro más? Dejé llamo a mi contacto para que se lo tenga listo

– No es necesario, este será para mi — sube a la camioneta — Ya enseguida te indico a donde iremos

– Si Doña — cierra la puerta







Matamoros tuvo que seguir sus indicaciones por al menos cuarenta minutos, le pareció extraño que su jefa se encontrara tan seria pero lo atribuyó a la reunión con los socios, al estar a un par de calles de su destino tuvo que detenerse en un Oxxo y bajar con ella, sin embargo ya se dio una idea de a donde estaban yendo, en especial cuando lo hizo cargar con las enormes bolsas de croquetas para perros, cada mes Altagracia hacía que llevarán comida a un refugio para perros, nunca fue un secreto que a ella le encantarán pero como tenía una vida muy ocupada y casi sin tiempo, no había tenido un perro desde su adolescencia, bueno exceptuando los que estaban en la hacienda aunque esos eran más de los trabajadores que suyos.

Después de meter en el maletero al menos siete bolsas de tres kilos cada una, muchas pelotas, así como premios y otros juguetes para morder siguieron con el camino hasta el refugio, es verdad que apoyaba a varios pero este era su favorito, tanto que ella misma había creado el proyecto "Huellitas" que consistió en comprar los tres lotes de junto y acondicionarlos para que más perros pudieran ser rescatados, este refugio daba hogar a perros ancianos que por su edad la mayoría de las veces los duermen, aquí consiguen amor y un hogar; las jornadas de vacunacion y esterilización salían del bolsillo de Altagracia así como de los donativos, La Constructora sólo apoyaba con alimentos y acondicionando el lugar.








– ¡Doña! Que felicidad volverla ver por acá — sonríe — La extrañamos todos estos meses

– Lamento no haber podido venir personalmente — le devuelve el gesto — ¿Recibieron cada mes las croquetas?

– Si como siempre

– Me alegra... En realidad mi visita va a ser corta pues, se supone debo estar haciendo reposo en mi casa — ríe ayudando a Matamoros con la bolsa de premios y juguetes — Pero quería pasar a ver como están las cosas y a los perros

– No debió molestarse Doña, deje que la ayudemos a bajar las bolsas de comida, pasele están todos en el jardín ahora

– ¿Te encargas Matamoros?

– Por supuesto Doña — baja las bolsas






Una vez dentro todos los funcionarios la saludaron y felicitaron por su embarazo, uno de ellos se dio la tarea de acompañarla hasta el jardín mientras la ponía al día con los rescates además de contarle cuales fueron adoptados.






°•°•Perfidia°•°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora