Kajol

147 21 1
                                    

Khan llegó a casa visiblemente agotado, y aunque intenté animarlo con un poco de helado y una película, su respuesta me sorprendió. Su rechazo a mi intento de acercarme de manera sugerente me dejó desconcertada, y una sensación de rechazo se apoderó de mí.

—¿Estás bien, Khan?—, pregunté, preocupada por su repentino cambio de actitud.

Su respuesta fue evasiva, solo mencionó que estaba cansado. Sin embargo, pude ver la preocupación en sus ojos, como si estuviera luchando con algo más que simplemente el cansancio.

Me sentí confundida y herida por su rechazo, pero también me preocupé por él. ¿Qué estaba pasando por su mente? ¿Estaba todo bien en nuestra relación?

Me esforcé por mantener una sonrisa en mi rostro mientras me sentaba a su lado en el sofá, tratando de disipar la incomodidad que se había apoderado del ambiente. Pero por dentro, mi corazón se llenaba de incertidumbre y preocupación. Así que decidí abordarlo.

— Leí que deberíamos hablar sobre lo que nos pasa— Dije intentando que me contara algo de lo que pasaba por su cabeza.

La atmósfera en la sala se tornó repentinamente tensa cuando Khan formuló esa pregunta que golpeó como un puñetazo directo a mi corazón—¿Estamos yendo enserio?— La incredulidad inundó mis sentidos, y antes de que pudiera contenerme, la ira se apoderó de mí.

— ¿Qué clase de pregunta es esa?

— Pues eso ¿Nuestra relación va enserio o solo es una diversión?

—¿Quién te hizo pensar algo así? ¿Quién te llenó la cabeza con esas absurdas ideas?— Mi voz resonaba con una mezcla de indignación y herida, mi mente luchaba por comprender cómo había llegado a esta conclusión.

Sus palabras resonaban en mi cabeza como un eco implacable. ¿Cómo podía pensar tan poco de mí? ¿Acaso no había demostrado una y otra vez mi compromiso y amor hacia él? La idea de que pudiera dudar de mis sentimientos me destrozaba por dentro, y la ira bullía en mi interior.

— No estoy diciendo que lo estés haciendo, solo necesito saber la verdad— insistió Khan, su tono más suave esta vez, pero la tensión en el aire era palpable.

Mi corazón se debatía entre la furia y el dolor, pero antes de que pudiera articular una respuesta, Khan se levantó y se marchó, dejándome sola con mis pensamientos tumultuosos. La habitación quedó sumida en un silencio pesado, pero mi mente seguía zumbando con la intensidad de la confrontación.

Me senté en el sofá, abrumada por la sensación de abandono y confusión. ¿Cómo habíamos llegado a este punto en nuestra relación? ¿Qué había salido mal? Las lágrimas amenazaban con emerger, pero me obligué a contenerlas, decidida a enfrentar esta tormenta emocional con la cabeza en alto.

Aunque la ira y el dolor rugían dentro de mí, también sentía una determinación creciente. No dejaría que esta pregunta sin respuesta nos separara. Necesitábamos hablar, necesitábamos entendernos mutuamente si queríamos superar esta difícil prueba en nuestra relación. Y con ese pensamiento, me armé de valor para enfrentar lo que vendría a continuación.

La sensación de confusión y dolor me envolvía mientras escribía el mensaje a Preity en el grupo de WhatsApp. La pregunta que había formulado Khan seguía resonando en mi mente como un eco implacable, y necesitaba respuestas, aunque temía lo que pudiera descubrir.

—Preity, ¿fuiste tú quien habló con Khan? ¿Es esto algún tipo de venganza?— escribí, dejando que mis emociones se filtraran en cada palabra.

La respuesta de Preity llegó rápida y directa, casi como un golpe a mi corazón herido. Su indignación y ofensa eran evidentes en cada palabra, y me sentí abrumada por una mezcla de culpa y frustración.

La respuesta de Preity llegó rápida y con una intensidad que no esperaba— ¿Venganza? ¿Cómo te atreves a insinuar algo así? ¿Acaso olvidaste que fuiste tú misma quien dijo que no se casaría con él?— escribió, su tono denotando indignación y ofensa.

Mis ojos se quedaron fijos en esas palabras, y un nudo apretado se formó en mi estómago. Las lágrimas amenazaron con emerger, pero las contuve con determinación. Sin embargo, no podía dejar que esas acusaciones pasaran sin una respuesta.—No tenías ningún derecho de meterte en mi relación con Khan, Preity— repliqué, tratando de expresar la confusión y la herida que sentía.

Preity respondió de inmediato— Khan es mi amigo, Kajol. No puedo quedarme al margen cuando él está confundido.

Las palabras resonaron en mi mente, y aunque entendía la lealtad de Preity hacia Khan, sentí que su intervención había complicado aún más las cosas. La complejidad de las relaciones y las emociones entrelazadas creaban un enredo del que no sabía cómo salir.

Con un suspiro pesado, me sumergí en el torbellino de pensamientos y emociones, enfrentando la realidad de que esta situación se había vuelto más complicada de lo que podría manejar fácilmente.

Después de la intensa conversación con Preity, sentí la necesidad de alejarme un momento para recoger mis pensamientos. Decidí darme una ducha, dejando que el agua caliente me reconfortara mientras intentaba calmar mi mente tumultuosa.

Al salir del baño, vi a Khan preparándose para salir. La preocupación se apoderó de mí al verlo tan ensimismado en sus pensamientos. Me acerqué a él, deseando saber si estaba bien o si tenía algún compromiso importante.

—¿Vas a hacer algo importante?— pregunté, tratando de ocultar mi propia ansiedad bajo una capa de calma.

Khan se disculpó y mencionó una reunión. Sin embargo, su tono parecía distante, como si estuviera luchando con algo más que simplemente el trabajo. Sentí un nudo en el estómago al darme cuenta de que nuestras tensiones recientes aún no se habían resuelto por completo.

—No me gusta cuando peleamos—, murmuré, buscando algún tipo de reconciliación en medio de la tensión que llenaba la habitación. Con un impulso repentino, me acerqué a él y lo besé con pasión, dejando que mis emociones se expresaran a través del contacto.

Khan se sorprendió por un momento, pero pronto correspondió al beso con igual fervor. Sentí cómo su resistencia se desvanecía ante mi gesto, y una sensación de alivio me invadió al saber que él se quedaría conmigo, al menos por ahora.

Nos quedamos allí, enredados en el calor del momento, buscando consuelo y conexión en medio de nuestras preocupaciones y dudas. Aunque las tensiones aún no se habían disipado por completo, ese breve instante de intimidad nos recordó el amor y la pasión que compartíamos, y nos dio la fuerza para enfrentar lo que vendría a continuación.

El peso del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora