Khan

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La decepción se apoderó de mí cuando escuché su respuesta. No esperaba un "no", y la sorpresa inicial se mezcló con una profunda tristeza. Había imaginado este momento de una manera completamente diferente, llena de esperanza y alegría, pero ahora me encontraba enfrentando una realidad diferente.

Sentí un atisbo de reproche crecer dentro de mí. ¿Por qué no estaba lista para dar este paso conmigo? ¿Acaso no sentía lo mismo que yo? Estas preguntas atormentaban mi mente, dejándome con un nudo en la garganta.

A pesar de mi desilusión, traté de mantener la compostura. No quería que ella sintiera que la culpaba por su respuesta. Sabía que tenía que respetar sus sentimientos y decisiones, incluso si me dejaban con el corazón roto.

Mientras nos mirábamos en silencio, tratando de procesar lo que acababa de suceder, una sensación de tristeza se apoderó de mí. 

—No es que no te ame, Khan. Lo hago, más de lo que puedes imaginar—, aseguró, buscando mis ojos—Pero el matrimonio... es complicado. Todavía estamos descubriendo nuestra relación, y siento que...

— ¿Descubriendo nuestra relación?— La idea me golpeó como un puñetazo en el estómago. Habíamos estado juntos durante tanto tiempo, enfrentando desafíos juntos, compartiendo momentos tanto felices como difíciles. ¿Cómo podía decir que aún estábamos "descubriendo" nuestra relación?

Sentí una mezcla de decepción y confusión. ¿Acaso no conocía lo suficiente sobre nosotros como pareja? ¿Había algo que ella no me estaba diciendo?

Kajol intentaba explicar sus razones con delicadeza, pero la tensión en el aire era palpable. Sus palabras, aunque comprensibles, no lograban aliviar completamente la frustración que empezaba a acumularse dentro de mí.

—Khan, entiendo que esto pueda ser difícil de aceptar para ti —, comenzó a decir, buscando conectar conmigo—Es solo que... el matrimonio me asusta. No estoy lista para dar ese paso todavía.

Antes de que pudiera procesar completamente sus palabras, sentí una oleada de frustración y dolor en mi interior. ¿Qué había de mis deseos, mis sueños de formar una familia juntos? Me invadió una sensación de abandono, como si nuestras visiones del futuro estuvieran destinadas a permanecer divergentes para siempre.

—¿Y qué hay de lo que yo quiero, Kajol?—, pregunté, luchando por contener la creciente decepción en mi voz—Quiero casarme contigo, quiero formar una familia. Pensé que este era el momento perfecto, pero me equivoqué. Nunca lo será, ¿verdad?

Sus ojos reflejaban su propia angustia mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para responder, pero sus disculpas parecían insuficientes para aliviar la tensión en el aire. Cada palabra pronunciada parecía aumentar la brecha entre nosotros.

Mientras trataba de encontrar una solución, Kajol se mostraba firme en su postura, rechazando cualquier posibilidad de matrimonio o de tener hijos nuevamente. Sentí cómo mi corazón se encogía al escuchar su determinación, al mismo tiempo que luchaba por entender sus miedos.

— Ser padre es lo que más he deseado toda mi vida, Kajol.

—No, Khan—, dijo con una determinación que resonó en toda la habitación— No voy a casarme de nuevo, no voy a tener hijos. Tengo 40 años... No quiero tener hijos ahora.

Sus palabras golpearon como un puñetazo, pero lo que vino después fue aún más desgarrador. Sabía que estaba pidiendo algo que ella no podía dar. Intenté tranquilizala, asegurandole que no era como sy exesposo, que no dejaría que la rutina se interpusiera entre nosotros. Pero msus miedos eran profundos, arraigados en experiencias pasadas que dejaron cicatrices difíciles de ignorar.

— Entonces deberíamos terminar—, dijo, y en ese momento, sentí como si el mundo se detuviera. 

— ¿De qué hablas, Kajol? ¿Terminar? ¿Así de simple?

— ¡Quieres algo que no puedo darte, Khan! Ya te lo dije, soy una mujer adulta ahora, no estoy en esa parte de mi vida, perdóname, eso yo ya lo viví.

El peso de sus palabras resonó en mi interior, llevando consigo un torrente de emociones que apenas podía contener. En lo más profundo de mi ser, sabía que nuestras diferencias eran insuperables, pero enfrentar la realidad de terminar nuestra relación era una prueba que aún no estaba preparada para enfrentar.

Quería desesperadamente detenerla, prometerle que encontraríamos una manera de superar este obstáculo juntos. Pero en lugar de eso, mi silencio confirmó nuestros peores temores. 

En medio del silencio abrumador, nuestras palabras finales quedaron suspendidas en el aire, sellando un destino que ninguno de nosotros quería enfrentar, pero que parecía inevitable.

—"Si, mejor terminemos", dije y las palabras resonaron en la habitación como un eco triste de lo que alguna vez fuimos.

El peso del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora