Khan

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Al escuchar las palabras de Kajol, fui el hombre más feliz del mundo. La sorpresa inicial cedió paso a una sensación de alegría, como si de repente el mundo se volviera más ligero. Ella estaba enamorada, y la idea de que esos sentimientos fueran compartidos era como un rayo de luz que iluminaba incluso los rincones más oscuros de mi mente.

Mientras Kajol cubría sus mejillas, pude ver la autenticidad de su confesión. Su vulnerabilidad y honestidad hicieron que mi corazón latiera con fuerza. La risa resonó en el aire, y me encontré atrayéndola hacia mí por la cintura, un gesto impulsado por la complicidad y la alegría compartida.

—No te rías...—, murmuró, pero su sonrisa traicionaba la felicidad que sentía en ese momento. Y aunque sus palabras eran tímidas, sus ojos brillaban con una luz que no podía pasar por alto.

—Estás enamorada— repetí, dejando que esas palabras se asentaran en el aire. La realización de que nuestros sentimientos eran mutuos creó un lazo más fuerte entre nosotros. Era como si finalmente hubiéramos cruzado un umbral importante, y la conexión entre Kajol y yo se volvió aún más profunda—. Es maravilloso.

Finalmente, me sentía en casa, feliz por tener a la mujer que estaba delante de mí— ¿Comiste?— Negó— Debiste esperarme, podría haberte hecho de desayunar.


— Ya sabes... Estaba siendo cobarde— Asentí abrazándola— Pero te invito el desayuno.

Elegimos un acogedor restaurante, un lugar donde la conversación pudiera fluir sin interrupciones y donde pudiéramos disfrutar de la compañía mutua. El ambiente era ligero y relajado,

— Estoy aterrada— Confesó sosteniendo sus cubiertos con fuerza. La miré comprensivo esperando que me contara qué pasaba por su cabeza— Shahrukh, eres más importante para mí de lo que ha sido cualquier persona, y quiero que funcione.

— También quiero eso.

— Acabo de salir de un divorcio, no me gustaría pasar por una separación dolorosa después— Advirtió y me dispuse a alejar sus inseguridades.

— Hemos estado casados 20 años, cálmate, te seguiré amando desde el primer día.

Su sonrisa se asomó y supe que la había convencido.

— Antes de que me olvide— Empezó a tallar su cuello con la servilleta— Te pasaste— Pude ver en él una marca que seguramente dejé en medio de nuestro arrebato. Me reí ligero— No es gracioso ¡Me lo vió Josune!

Con una expresión de disculpa le dije que lo sentía. Pude verla ruborizarse mientras intentaba cubrirlo con su camisa— Perdón, cariño, no me di cuenta.

— Bueno— Dijo antes de comer— ¿Te vas a comer las aceitunas?— Me encantan las aceitunas, pero nunca las como, dejo que ella las tome— Gracias.

Después de comer fui a dejarla a su trabajo, de reojo miraba cómo se maquillaba el cuello intentando que pase desapercibido el color de la base.

— ¿Te paso a recoger?

— Sí, y me llevas café y un sánguche del restaurante que está frente a tu trabajo ¿Por fis?—Asentí a su petición— Genial—Kajol se quitó el cinturón dispuesta a bajarse, pero antes de hacerlo— Me olvidaba— La miré interrogante, buscando de reojo algún cosmético suyo que pudiera haberse quedado en el auto, pero en vez de eso, se acercó dejándome un beso en la mejilla— Te quiero.

Fue un gran día de trabajo.

Ese día, todo salió bien, las reuniones, los contratos, incluso recordé el nombre de mi secretaria. Tras todo lo que había pasado. 

Y sin embargo, le había mentido a Kajol, no había terminado con Gauri.

Fui a buscar a Gauri al hotel en el que se quedaba, decidimos quedarnos en un pequeño café cercano, yo ya había desayunado así que solo pedí un té, y ella pidió su desayuno. Tras el hecho. Ella finalmente intervino.

— Me estás escondiendo algo.

— ¿Eh?

— Ni siquiera puedes mirarme a la cara— Como quien se adelanta a los hechos, se posicionó para recibir un golpe duro.

— Bueno... Pasó algo, Gauri— Acepté, ella bebía de su café y finalmente me miró— Esto debe terminar— Ella cerró los ojos, parecía que sabía perfectamente lo que iba a decir y solo le quedaba aceptarlo con resignación— Lo lamento.

— Hay otra mujer— Dijo simplemente— ¿No es así?

— Sí— Respondí sincero— Lo siento.

— Bueno, no puedo obligarte a que te quedes— Soltó sin mirarme, parecía desilusionada, algo molesta, fue una respuesta tan propia, que incluso me gustó la manera en la que afrontaba esto— No tengo mucho que decir, solo espero que no nos veamos de nuevo. Por lo menos en un largo rato. Fue un placer coincidir contigo, Shahrukh.

— Igualmente— Acepté su mano y le di un suave apretón.

— ¿Te molestaría si me levanto de la mesa? No puedo seguir comiendo ahora— Negué intentando ofrecerme para llevarla, pero ella se opuso rotundamente a que la acompañase, así que tomó un taxi y se fue.

Volví a la oficina y me reincorporé. Sacudí mi cabeza y saludé a mi secretaria— Hola... tú...

— Anushka.

— Eso, Anushka, como el Hamster de mi hermana— Ella arrugó su nariz molesta— ¿Llegó algo para mí?

— Sí, hoy tiene la primera revisión de planos con Aamir Khan— Asentí— Luego, tiene que ir a recoger a su suegra— Me golpeé la frente. Había olvidado que la madre de Tabu llegaba hoy a la ciudad— Y llamaron para confirmar su deposito de regalo del cumpleaños del señor Saif Ali Khan.

— ¿Lo hiciste?

— Me dijo que la confirmara, señor.

— Bien, gracias, había olvidado que tenía que ir a la fiesta. Uhm... lo arreglaré después. Reserva una mesa en el restaurante DIVINE, compra un arreglo de flores para que sea entregado en el aeropuerto, y pide las cosas para un altar: incienso de canela y velas aromáticas de vainilla, y asegúrate que hayan hecho la manutención de la urna de mi esposa—. Me rasqué la cabeza pensando si eso era todo— Si recuerdo otra cosa, te avisaré. Pásame los planos de Aamir, le contestaré por correo, no estoy de humor para hablar con él ahora.

— Sí, señor.

Me concentré en el trabajo por unas horas. Hasta que pude enviar mi respuesta a Aamir, modificando unas cuantas cosas, a lo que sé que él no iba a hacerme caso, ni mucho menos. Por lo que me preparaba para pelear por las siguientes tres semanas.

Kajol: Mi reunión terminó ¿Vienes por mí?

Khan: Lo siento, no podré ir. Olvidé que la madre de Tabu venía hoy.

Kajol: ¿Qué hace aquí?😲

Khan: No lo sé, dijo que quería hablar conmigo.

Kajol: Bueno, entonces te veo en la noche. Pasa por mí para ir a la fiesta de Saif ¿Si irás, verdad?

Khan: No sé cuánto me demore con mi suegra.

Kajol: Ok.

Guardé el teléfono.

Y fui directo al áeropuerto.

La madre de Tabu, Rizwana, venía cada cierto tiempo a visitar a su hija en el cementerio, y a cobrar el alquiler de su casa. Después de la muerte de Tabu, la señora Rizwana quedó sola en una gran casa, así que decidió mudarse con su familia para evitar los recuerdos. Es lo más cercano que tengo a una madre, así que siempre me aseguro de que su estancia sea lo menos dolorosa posible. Sus viajes son agridulces, y ella siempre es nostálgica, me involucro en hacerla sentir tranquila y feliz.

El peso del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora