El peso del silencio

Kajol

Me levanté en medio de la noche, sintiendo la necesidad de verificar cómo estaba Nysa. Khan yacía profundamente dormido, y lo cubrí con una manta antes de salir silenciosamente de la habitación. Mientras caminaba hacia el cuarto de Nysa, mi mente estaba llena de preocupaciones y pensamientos sobre su bienestar.

Cuando llegué a la habitación de Nysa, me detuve en el umbral y la vi sentada en su escritorio, concentrada en sus libros y apuntes. Una mezcla de alivio y preocupación inundó mi corazón al verla estudiando tan tarde en la noche. Me preocupaba que no estuviera descansando lo suficiente.

Me acerqué a ella con cautela y le pregunté suavemente:—¿Nysa, no deberías ir a dormir ya?

Nysa levantó la vista sorprendida, pero luego sonrió con ternura al verme allí—No, mamá, no voy a dormir esta noche—, respondió con determinación en su voz.

Su respuesta me preocupó aún más, pero decidí confiar en su juicio y respetar su decisión. Sin embargo, no pude evitar ofrecerle mi ayuda. —¿Puedo hacer algo por ti? ¿Prepararte un té, tal vez?— le ofrecí, esperando poder aliviar un poco su carga.

Nysa asintió con gratitud y aceptó mi oferta. Mientras preparaba el té, mi mente estaba llena de pensamientos sobre cómo podría ayudar a Nysa a manejar mejor su tiempo y su estrés. Mi deseo era que encontrara un equilibrio saludable entre su estudio y su descanso.

Ella decidió dejar los libros un momento para beber del té que le haría, no más café. Sin embargo el sondio del aviso de la videollamada entrante se escuchó, iba a pedirle que no la tomara, pero se adelantó. El sonido de la conversación de Nysa con su amiga llegó hasta mí mientras estaba en la cocina. Escuché atentamente, sintiendo curiosidad por el contenido de su conversación.

— ¿El ejercicio cuatro? ¿Lo tienes?

Mi sonrisa se ensanchó al escuchar a Nysa explicar el ejercicio a su amiga. Era evidente que había crecido y se había vuelto más segura de sí misma. Estaba orgullosa de verla desenvolverse tan bien en sus estudios.

Sin embargo, mi alegría se desvaneció abruptamente cuando escuché la pregunta de la amiga de Nysa. La curiosidad se transformó en sorpresa y confusión mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

— Bueno, entendí, eres buena ¿Cómo jalaste tantas veces?— Nysa no pudo responder— Verdad que la lunática te odia... En fin ¿Conseguiste que el hombre hot que sale con tu madre acceda al plan?

Me detuve en seco, sorprendida por la pregunta inesperada. Las palabras resonaron en mi mente, dejándome atónita por un momento. ¿Cómo podía su amiga pensar algo así? ¿Qué significaba eso para Nysa?

La sorpresa de la conversación me llevó a entrar rápidamente a la habitación, con la taza de té en la mano y con una sonrisa algo fingida en el rostro, saludé con un tono juguetón: —Buenas noches, señorita. ¿Cómo va esa tarea?

La reacción de Nysa fue comprensible, visiblemente avergonzada por mi entrada repentina. Me pidió tímidamente que la dejara a solas para continuar con su conversación.Por otro lado, la amiga asiática de Nysa, Lia, saludó con entusiasmo a través de la pantalla, sin mostrar rastro alguno de vergüenza.

—¡Hola, señora Kajol! Soy Lia—, dijo la amiga, extendiendo un saludo amistoso.—Nysa siempre habla de usted.

Mi mente aún procesaba la pregunta que había escuchado. Decidí abordarla directamente, aunque con un toque de humor—. Hola, Lia, veo que mi hija y tú tienen suficiente confianza ¿No? ¿Tú fuiste la de la idea?—, inquirí, tratando de mantener una atmósfera ligera en medio de la situación inusual.