Khan

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Me quedé parado frente a ella, observando cómo sus ojos evitaban los míos, como si fueran esquivas a un juego incómodo. Mi corazón latía con fuerza, ansioso por escuchar esas palabras que mi mente temía. Habíamos compartido mucho, pero en ese momento, el silencio pesaba más que cualquier conversación que pudiéramos haber tenido.

Las palabras que pronunció resonaron en mi mente como un eco desgarrador. "Me siento sucia", dijo con una expresión que no intentaba lastimarme, pero mis oídos solo captaron el eco de las palabras. En ese instante, sentí un nudo en el estómago y mi pecho se apretó, como si alguien hubiera apretado con fuerza mis emociones.

Traté de mantener una expresión serena, pero mi mirada traicionó mi verdadero sentir. Quizás, durante todo este tiempo, había alimentado la esperanza de que sus sentimientos coincidieran con los míos. Pero ahora, frente a la realidad, crudamente inesquivable, esa esperanza se desvanecía como una ilusión efímera.

Intenté asentir como si todo estuviera bien, pero por dentro, la decepción  comenzaban a filtrarse. ¿Cómo podía reprimir esa sensación de pérdida cuando, en realidad, ella nunca había sido mía? Era como si se hubiera desvanecido una posibilidad que nunca llegó a ser, pero que había sido tan vívida en mi mente.

Mientras trataba de digerir sus palabras, me esforzaba por encontrar las mías. "Lo siento" respondí, luchando por enmascarar la incomodidad. Sin embargo, sabía que las cosas entre nosotros ya no serían las mismas. La línea que separaba la amistad de algo más se volvía más definida en ese instante, y yo me quedaba en el lado equivocado.

— Idiota— Preity palmeó mi espalda mientras yo asentía pesadamente con una sombra de tristeza— Yo te advertí— Intentó animarme, agradecí por su apoyo— Consíguete una novia, lejos de Kajol, lejos, lejos. Ella no sabe lo que tiene en frente.

Sus palabras resonaron en mi corazón.

— ¿Y?— Preity miró hacia atrás viendo a Salman negar con frustración— Es que eres un idiota, Khan. Le calentaste la cama, nada más ¿Por qué tenías que arruinarlo abriendo la boca?

— Oye—Le dijo Preity molesta— Él se confundió, es todo.

— Bueno, alcoholizémonos— Me reí ligeramente negando a Salman— Ahora, que Gauri jamás se entere de que esto  ha sucedido.

— Listo, soy una tumba. Nada pasó— Preity soltó una risa suave. 

— Vámonos de cacería— Salman propuso en un tono altivo— ¿Qué dicen?

— Priyanka me matará, la llevaré a la "cacería".

— Pero asegúrate de que no diga nada.

— ¿Le contaste?— Preity me miró disculpándose.

— Me vio alterada por los mensajes de las chicas, naturalmente tuve que decirle, pero a ella le agrada Gauri, no le dirá nada.

Nos sumergimos en una discoteca llamada "Olimpo", conocida por ser frecuentada por jóvenes, así que sí, probablemente éramos los más viejos allí. Casi podía ver que jovencitas de la edad de Nysa estaban por todas partes con trajes que seguramente no valían su precio por la escasa tela. Preity abrazaba a Priyanka por los hombros, y Salman miraba a todos lados como quien no sabe qué elegir.

— Me siento una anciana— Dijo Priyaka haciéndome reír.

— Tu ex esposo no tiene esta edad— Salman y yo nos miramos y lo maldije por no pensar antes de hablar, Preity nos regaló una mirada fulminante, a lo que Priyanka respondió.

— Sí, más o menos— Dijo casualmente— Bien, qué haremos aquí. Esta música es horrenda.

— Buscar muchachas— Hice una cara de disgusto— ¿Qué?

— Tienen como 13 años— Dijo Preity sonando asqueada.

— Para entrar piden el ID, cálmate, deben tener 18 mínimo 

— ¿No has escuchado sobre los sugar?— Preguntó Priyanka sonriendo— Eso es lo único que serás aquí. Un viejo mañoso, con dinero.

Todos nos reímos.

Decidimos beber un par de copas, antes de salir, pero al hacerlo nos encontramos a Amir y Ajay entrando al lugar. Fingieron no conocernos, y solo pasaron de largo, así que hicimos lo mismo.

— Ahí van dos sugars— Soltamos unas carcajadas estrepitosas montándonos al auto nuevamente.

Buscamos una discoteca mucho más acorde, y finalmente pudimos divertirnos como queríamos. Salman consiguió hacer que dos chicas se nos unieran, y cuando dos hombres intentaron bailar con Priyanka y Preity se empezaron a besar para espantarlos. Simplemente, nos divertimos.

— Entonces eres soltero— Estaba frente a Pooja Bath, nos habíamos conocido antes en alguna reunión, pero ahora estábamos bailando e indagando un poco sobre la vida del otro— Qué raro.

— Sí, bueno, también eres rara ¿O no?

— Sí, también soy soltera— Dijo antes de que la acercara a mí— Pensé que eras el esposo de Kajol.

— ¿La conoces? Y no, no somos esposos, trabajamos juntos en algunos proyectos y somos buenos amigos.

Ella sonrió— Éramos... "amigas" en la secundaria.

— Ah... entonces conoces a las "cinco favoritas".

— ¿Singuen llamándose así? Oh por favor, qué ridículo— Nos reímos, aunque empezaba a notar quién era realmente esa mujer— Sí, conozco a ese grupito, Preity todavía se reúne con ellas ¿No?— La buscó con la mirada, pero estaba acaramelada con su novia, así que inmediatamente volvió a mí— Las recuerdo, sí— Buscó su teléfono en su bolsillo y sonriente me pidió el teléfono— Dame tun número.

— ¿Es tu forma de hacer contactos del trabajo?

— ¿Trabajo? Claro, trabajaremos bastante bien juntos.

Nos tomamos una selfie que en seguida subió a Instagram etiquetándome.

Al llegar a casa después de la fiesta la euforia de la música y la compañía de Preity y Salman se desvanecieron gradualmente, dejando un vacío palpable en mi interior. La realidad regresó con fuerza, recordándome la razón por la cual había buscado refugio en la discoteca juvenil en primer lugar: la necesidad de olvidar a Kajol.

Al recostarme en el sofá, cerré los ojos y dejé que los recuerdos de la fiesta se desvanecieran lentamente. El intento de olvidar a Kajol había sido en vano.

La soledad de la casa me envolvía, y una sensación de nostalgia me invadía. La realidad era implacable: Kajol seguía siendo una presencia latente en mi mente y en mi corazón. La fiesta no había logrado borrar su imagen de mi vida, y ahora, al regresar a casa, me enfrentaba a la realidad de que los intentos de olvido eran efímeros.

Sentí mi teléfono vibrar y al ver el nombre de la misma mujer me extrañé.

Kajol: Te necesito.

El peso del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora