Los días malos existen. Esos días donde no tenemos certeza sobre qué se aproxima y en los cuales no sabemos si lograremos sentir paz en algún momento llegan en la vida de cualquier ser humano sobre esta tierra. La vida es pesada, bastante diría yo. Lo suficiente como para hacernos suspirar exhaustos y derramar un par lágrimas a puertas cerradas. Y está bien, está bien llorar y sentir frustración de vez en cuando.
Está bien preguntarnos de vez en cuando el por qué y sentir enojo por los acontecimientos que no podemos controlar, pero que todos en algún momento desearíamos poder. Está bien actuar como seres humanos. Está bien cometer errores y aprender de ellos. Está bien sentir, porque todos podemos hacerlo aunque por segundos intentemos parecer de piedra. De verdad, está bien no siempre mostrar nuestra mejor cara ante la vida.
Porque aunque queramos pretender ser fuertes todos los días del año, existen esos días donde simplemente nos sentimos muy débiles para siquiera levantarnos de la cama. No solo le pasa a Son Chaeyoung. No solo le pasa a Myoui Mina. No solo me pasa a mí. Creo que eso nos pasa a todos, y está bien que así sea, porque dentro de tanto ajetreo, seguimos siendo simples seres humanos con lo más bonito que existe: La capacidad de sentir, de sufrir, pero también de amar y ser feliz.
Todos tenemos algo que puede llevarnos hacia la cima y volvernos parte de alguna clase de luz que represente un mejor por venir. Creo que muchos de nosotros hemos llegado a ese punto en el cual relatamos frases motivadoras —quizás lo suficientemente cursis como para generarnos incomodidad internamente— para manifestar que todo estará bien y que alguna esperanza, por mínima que sea, está de nuestro lado acompañándonos.
Claro, sé bien que todos necesitamos esos momentos. Pero, ¿qué sucede cuando nos pasa todo lo contrario a esto? ¿Qué sucede cuando lo único que vemos a nuestro alrededor es oscuridad y desesperanza? ¿Qué sucede cuando lo único que nuestros ojos alcanzan a ver en ese oscuro camino son señales que nos hacen tomar en cuenta la idea de rendirnos? ¿Qué sucede cuando sentimos miedo?
Miles de pensamientos iban y venían en la mente de una desestabilizada y triste Chaeyoung aquella tarde. Aún lo ocurrido con su hermano seguía siendo un punto muy sensible en su vida, por no decir que lo que más la estaba afectando. No recordaba haber sentido tal miedo, no cuando se había acostumbrado a que todo estuviera bajo aparente control.
Pero he allí lo que siempre digo: No todo puede ser perfecto, porque los días malos también son parte de nuestras vidas.
Dos días habían pasado desde que estuvieron en el hospital. Jeong seguía sin despertar aunque los médicos aseguraban que él se encontraba estable. Durante ese corto tiempo, Chaeyoung no hizo más que intentar dejar toda su mente en el trabajo para no seguir pensando e imaginando escenarios catastróficos a causa de su ansiedad. Pero incluso ni así su mente paraba. Solo eran las palabras de Mina las que lograban generarle una mínima tranquilidad.
El destello de aquel monitor se reflejaba sobre los cristales de los lentes bajo sus ojos. Su ceño estaba levemente tensionado mientras hacía el vago intento por concentrar su atención en aquello que debía terminar, y no en todos esos pensamientos que hacían su sien palpitar dolorosamente. Soltó un fuerte exhalo de frustración y deslizó su silla para alejarse del computador.
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𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 𝔹𝕦𝕣𝕟𝕚𝕟𝕘 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘
Romantizm|Secuela de Two Worlds Collide| Myoui Mina y Son Chaeyoung habían logrado liberarse de aquellas ataduras que por tantos años las mantuvieron atadas en el pasado. Ya no eran aquellas adolescentes desesperanzadas e inseguras, ahora eran dos mujeres qu...