Capítulo 13

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El día había llegado a su fin. Mina no había podido dejar de pensar en lo que BamBam le había contado más temprano. Se sentía un poco preocupada, nunca había pasando que Lisa estuviese atravesando por algo así en su relación con aquella chica.

No quería ser entrometida ni nada similar, pero sí quería al menos ayudar, si se lo permitían, por supuesto.

Estaba por salir, pero alguien sostuvo su brazo delicadamente para llamar su atención.

—Mina, ¿ya te vas?

—Sí, ¿por qué? ¿sucede algo?

—¿Estás bien?

—Claro, ¿por qué?

—Sólo quería asegurarme de eso.

—Eres muy amable. Gracias por preocuparte, prometo que estoy bien —sonrió.

—Bien —asintió—. Vi que ahora hay un espacio en blanco en el repertorio del recital... ¿Incluirás algo nuevo?

—Era algo sin sentido que estaba tomando en cuenta hacer, pero creo que mejor no.

—¿Qué cosa?

—Jungkook, el pianista. Él tenía esa loca idea de que pudiera hacer una presentación con él. Le dije que lo pensaría, pero creo que-

—¿Tú con él? ¿Cantarás? —preguntó emocionada.

—Era una posibilidad, pero-

—¡Lo harán! —interrumpió—. ¿Tienes idea de lo increíble que sería eso?

—Wendy, yo nunca he hecho algo así —susurró nerviosa.

—¿Acaso no hay una primera vez para todo? Tú eres increíble en esto, Mina.

—Puede ser.

—¡Piénsalo! —la abrazó.

Mina suspiró y asintió rendida. Sabía que no le dejarían de insistir hasta lograr convencerla de aquello.

—Cuídate, ¿sí?

—Igualmente —asintió y se alejó.

Salió del edificio y subió a su auto para ir hacia el lugar que tenía pensado ir. No recordaba muy bien la dirección, pero alguna manera debía hallar para descubrir la ubicación.

Su amistad con Lisa y Jennie no era tan cercana como la que tenía con las demás chicas. Pero, a pesar de eso, les guardaba mucho cariño a ambas. Ellas habían sido un gran apoyo en su vida cuando estuvo atravesando por aquellos problemas después que Chaeyoung partió a Ulsan. Nunca había sido consciente de que algo así estuviese sucediendo con ellas, por tal razón quería al menos asegurarse de que todo siguiera en orden.

Transcurridos quince minutos, Mina logró dar con la dirección. Era un edificio no muy grande. Pocos autos habían en el estacionamiento. No era un lugar muy habitado, por lo que se podía deducir a simple vista.

Apagó el motor y bajó. No tenía idea si el hecho de haber venido sin avisar era correcto, pero... ya estaba allí, no podía irse de nuevo sin asegurarse de las cosas estuvieran bajo control. Entró y subió las escaleras hasta el tercer piso, donde estaban hospedadas ellas.

Se detuvo frente a la puerta y no escuchó absolutamente nada desde el otro lado. Tocó, y nada pareció suceder por un par de segundos, hasta que escuchó pasos aproximarse y le abrieron.

Era Lisa. Estaba usando ropa holgada oscura, su cabello estaba recogido en un moño desordenado y su rostro lucía tan apagado que podría jurar les sería irreconocible.

𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 𝔹𝕦𝕣𝕟𝕚𝕟𝕘 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora