Capítulo 22

199 30 5
                                    

La noche transcurriendo podría describirse como fría y tranquila

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noche transcurriendo podría describirse como fría y tranquila. A pesar de que su horario ya había finalizado, Mina se encontraba todavía dentro de la academia, más específicamente dentro del salón donde impartía sus clases. Estaba sentada frente al enorme piano, y como podrán imaginarse, estaba tocando el instrumento con suma concentración.

Ésta era una costumbre que no había dejado, y es que era imposible cuando se sentía igual a una niña emocionada con el bello y grande instrumento frente a ella. Tener momentos de vulnerabilidad y tranquilidad como ese le gustaba; una parte de sí sentía que podía recordar a su familia con más nitidez. Todavía tenía muchas dudas al respecto, más precisamente sobre su hermano Kai, el cual no había aparecido después de entregar la carta.

Mina deseaba que esto en algún momento cambiara, y que quizás en algún futuro, tuviese la oportunidad de recuperar el tiempo perdido con su hermano. Suspiró sonoramente y siguió tocando sin dejar de recordar lo que en algún punto de su vida se sintió como una familia de ensueño.

—¿Cómo puede tocar tan bien sin abrir los ojos? Algunas veces lo hago y me equivoco.

Mina volteó con prisa al escuchar esa voz. Era Jungkook, su joven alumno.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? Es muy tarde.

—Admito que estaba dando un par de vueltas por allí, para pasar el tiempo —sonrió—. Dígame, señorita Myoui, ¿cómo toca tan bien sin mirar? Incluso ahora lo sigue haciendo mientras me mira a mí.

Mina notó esto y se detuvo con una sonrisa. Jungkook se acercó y se sentó a su lado, como hacían cuando tenían esos momentos de conversación.

—No lo sé, supongo que se trata de práctica. Aprendí a tocar desde niña, ¿sabes? Por lo tanto esto ya es parte de mí.

—De verdad amas esto, Mina —dijo con más confianza. Seguidamente comenzó a tocar una pieza de un famoso pianista coreano.

—River Flows On You —susurró ella al reconocer la pieza.

—La aprendí a tocar hace poco  —recordó—. Yo también aprendí a tocar desde niño, ¿sabes? Pero creo que aún no llego a tu nivel.

—¿Quién te enseñó a tocar? Cuando llegaste aquí ya eras muy bueno, solo has perfeccionado la técnica.

—Mi abuela me enseñó. Ella tenía un gran piano antiguo en la sala de su casa, y siempre lo tocaba. Yo la admiraba mucho, recuerdo que solía esconderme detrás del sofá y la veía tocar por horas y horas sin cansarme —suspiró en medio de una sonrisa—. Un día ella lo notó y comenzó a enseñarme. Ella decía que ésta era nuestra manera de comunicarnos, así que cuando toco... es como si volviera a verla y tenerla cerca de mí.

—Eso es hermoso —susurró con nostalgia—. ¿Qué sucedió con ella?

—Falleció —susurró—. Tuvo un ataque al corazón y simplemente... se fue —siguió tocando sin evitar algunas lágrimas que comenzaban a descender—. Recuerdo que me enteré de una manera tan extraña, escuché una conversación telefónica y lo supe. Hubo un antes y después en mi vida después de tal acontecimiento. Ya no pude ser igual  —suspiró—. ¿Cómo hacerlo? Perdí a uno de los seres más importantes y especiales para mí.

𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 𝔹𝕦𝕣𝕟𝕚𝕟𝕘 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora