Capítulo 24

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Un mes y medio se había ido casi volando como claro reflejo de que el tiempo pasa sin que nos demos cuenta de ello

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Un mes y medio se había ido casi volando como claro reflejo de que el tiempo pasa sin que nos demos cuenta de ello. Durante dicho lapso todo pareció estar bien, realmente bien y tranquilo en comparación con otras épocas. Sana y Tzuyu habían regresado a Japón unos días después de aquella noche en la que se comprometieron. Durante esos días de celebración y regocijo, todas las chicas se mantuvieron juntas y emocionadas por el nuevo paso que dos de ellas habían decidido dar.

Eran por momentos como ese donde la felicidad parecía inquebrantable. Pero lástima que dicho sentir no pueda ser siempre permanente, ¿verdad?

Con una sonrisa en el rostro Mina entraba en la academia, como era parte de su rutina diaria. No existía nadie más que fuese tan feliz en su trabajo como ella, eso era seguro. Todos allí la conocían principalmente por eso; por su pasión. Y tal vez fue ser consciente de eso lo que hizo sentir a la japonesa extraña al ver como los demás la miraban mientras caminaba.

Podía escuchar un par de cuchicheos del resto, tales que terminaban cuando ella pasaba cerca. Se sintió extraña, pero quiso creer que quizás todo era producto de su propia cabeza. Detuvo su caminata cuando sintió como alguien la detenía por su brazo con cuidado, dicha persona era Wendy.

—Buen día, Mina —susurró.

—Buen día —sonrió—. ¿Todo en orden? ¿Cómo estás?

—Necesito hablar contigo sobre algo que sucedió —dijo con cautela—. ¿Podemos ir a mi oficina?

Mina asintió, sintiéndose preocupada. Las dos fueron hasta la oficina de Wendy, donde también se encontraba Mark esperando. La puerta se cerró y Mina los miró a ambos deseando ya saber qué estaba sucediendo.

—¿Qué pasó? Me siento preocupada...

—Descuida, está bien —dijo Wendy—. Solo necesitamos hacerte saber algo que sucedió, y que te involucra.

—¿Pasó algo con algún alumno?

—No, ellos están bien —aseguró Mark—. O diría más bien, los que aún decidieron quedarse.

—¿Qué? No entiendo...

—La matrícula de tus clases se ha reducido, Mina. —Le hizo saber Wendy—. Muchos padres han llamado para decirnos que no dejarán a sus hijos tomar más clases aquí, o más específicamente contigo —contó, mirándola con pena.

Mina la miraba confundida. Seguía sin comprender lo que estaba sucediendo y lo que tal cosa significaba.

—¿Por qué? ¿Estoy haciendo mal mi trabajo?

—¡No! Sabes que no —respondió Mark con prisa—. Mina, tú eres nuestra mejor mentora. Eres quien le da vida a esta academia junto a los alumnos.

—¿Recuerdas a Alyssa? —preguntó Wendy—. Esa cazatalentos con la cual firmamos el contrato para el recital.

𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 𝔹𝕦𝕣𝕟𝕚𝕟𝕘 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora