En un salón lleno de gente siempre existe la posibilidad de no reconocer a un conocido, sin embargo, él tenía la increíble capacidad de atraer mi mirada, mis sentidos. Como si todo el mundo se callara en cuanto aparecía, escuchaba su risa, escuchaba sus quejas, incluso escuchaba su respiración.
Y lo observaba con fascinación.
Al principio eran sus pequeños pies colgando de la silla mientras todo el mundo parecía haber olvidado una existencia tan hermosa.
El mundo era un ciego con su atención en las personas y cosas incorrectas.
"deberia darte un besito"
Fue lo primero que me dijo a sus 5 años cuando caí frente a él por culpa de los mayores.
Limpio con su manga una herida en mi rodilla y cuando pensé que besaría la rodilla la cubrí pero era un pequeño beso en la frente.
Tenía aroma a bebé, suave y dulce. Sonreía, en ese tiempo, el aun sonreía.
Cuando tenía 11 fue la segunda vez que lo vi, apenas tenía 7 años y era tan pequeño que sus pies no tocaban el suelo al estar sentado sobre un sofá. Al rededor de él todos hacían como que no existiera y pensé después de 3 minutos.
“Deberían hacerlo el centro del mundo, todos deberían verlo y notar su belleza”
Alzaba su mano intentando tocar a los adultos para pedir cosas pero terminaba haciendo todo solo, miraba con una sonrisa calmada intentando no suscitar una discusión o llamar mucho la atención.
Yo siendo un niño me avergonzaba de acercarme."¿me recordará? ¿Recordará qué me beso una vez?"
Era solo un niño.
Luego de eso y quizás por la misma vaguedad de atención que le daban, solo iban sus padres y hermana a reuniones sociales.
Con 7, con 8, con 9, 10, 11,12…la última vez que lo vi era muy pequeño aun y seguía siendo demasiado solitario para ser yo quien rompiera el cristal por el cual verlo.
¿Me recordará? ¿Recordará mi nombre?
Así como yo, ¿pensara que estamos solos en este enorme salón?
¿Como su fragancia, sentirá la mia?
¿Sera mi voz lo único que escuche alguna vez?
—Escuche que tienes los ojos puestos en alguien hace mucho…
Su padre me miró son una sonrisa, no me sorprende que se diera cuenta después de haberlos observado por años esperando a ver a su hijo.
—así es, soy una persona seria, no quiero jugar por ahí…
—vaya, que casualidad que melody y tu piensen igual —que falso sonó eso teniendo en cuenta que su hija se va siempre con alguien distinto de cada fiesta
—ella tiene tu edad y ya piensa en el matrimonio, la estabilidad y esas cosas.—¿ah, si? No tenía idea.
Respondí empinando mi copa viendo a través de sus intenciones. La mujer agarro su rostro y sonrió con determinación.
—nuestra melody es tan dulce, siempre se siente especial cuando la miras tan fijo y se pone toda tímida.
Casi escupí el contenido de mi copa, carcajeo y desvíe la vista.
—jamás he visto a su hija, no tengo esas intenciones con ella.
La mujer afilo los ojos y me vio molesta.
—no intentes fingir muchacho, sabes lo espectacular que sería si salieran, ella es una mujer como pocas, a tu altura. —la mujer sarandeo sobre su hija como si fuera esptacular.
—Lo siento, no tengo esos intereses, busquen alguien más… En cambio, si la próxima vez quieren traer a su hijo, puede que hablemos de temas más interesantes.
La mujer dejo la copa con tanta fuerza que todos vieron en nuestra dirección.
—yo no tengo un hijo.
La mire con desprecio, vi al hombre que ahora tenía la vista fija en el suelo.
La mujer se apartó y se marchó junto a su hija.
—jaaz esta estudiando para los exámenes de ingreso, ya no vive con nosotros, se independizó. Disculpa a mi esposa, se había hecho muchas ilusiones porque observaba a nuestra hija.
—no miraba a su hija, esperaba a su hijo.
"jaaz" ese nombre me quedo en la mente, yo le había dicho mi nombre cuando éramos niños pero él solo se había sonrojado y reído.
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jaaz
RomanceSolo sabían algunas cosas entre ellos, Carlyle sabía más. Carlyle sabía que amaba estudiar, qué amaba el otoño y que le gustaba el mar en invierno. Qué la comida caliente debe estar hirviendo y comerse aunque queme. Qué el café medio dulce y medio a...