Capítulo 21: Estas Jodido

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—hagamos algo—sugirió rocio—sé que ha sido demasiado por una noche pero puedes darnos esta última ayuda, acompáñanos a casa, o llevalo a la tuya o ven a la de él, por favor jaaz, él solo está muy desorientado.

Benjamin y rocío, con ayuda del guardia, soatuvieron a Carlyle para apartarlo de jaaz, benjamín estaba enojado y celoso pero no está en el derecho de decir nada mucho menos de negar ayudar a alguien que es importante actualmente para el omega.

—esta bien, vamos... Prefiero que este con ustedes así que vamos a su casa—contestó refiriéndose a la madre de Carlyle.

En cuanto subieron a la parte de atrás del auto, la mujer dijo que conducir Iá, le dijo al guardia que lleve el auto de jaaz a la casa principal y benjamín fue con ellos, se sentó en el asiento del copiloto mordiendo las ganas de quitar a Carlyle de la posición en la que estaba.

En el frente se escuchaban los susurro, jaaz tratando de calmar a Carlyle con esa voz suave y dulce cuando esta tranquilo, tratando de soltar un poco de feromona qué tenía el auto con ese ambiente muy sutil.

Jaaz apartó el cabello de la nuca y madajeo el cuello del alfa, masajeando con la yema de los dedos la base de su cabeza suavemente.

Carlyle estaba demasiado desorientado, olfateo el recoveco de su cuello y se acomodo ahí, aunque el toque era íntimo jaaz no reaccionó entendiendo la situación del mayor pero solo sería hasta que se durmiera, no pensaba quedarse con él, continuaba molesto aunque no entendía muy bien la razón.

Saco su teléfono, esa noche había enviado una respuesta algo tarde cuando salió de la casa de su familia pero lunalile no respondió el resto de la noche después de preguntar a donde iba.

Se arrepentía un poco, quizás si no hubiera rechazado la propuesta de Carlyle de ese día, el alfa no habría caído en las jugarretas de su hermana.

La mansión de la familia de Carlyle era enorme, toda blanca y gris, moderna pero elegante a diferencia de la casa tradicional donde él creció. Camelia estaba con dos mujeres ancianas en la puerta, el auto dobló por el estacionamiento y llego a la entrada principal.

—jaaz, cariño, ¿Estás bien? —camelia miró a su esposa, esta negó y ella se apartó unos pasos quedando con las manos en el aire, aquellas que iban a tocar el rostro de jaaz.

El omega agarró sus muñecas y asintió con suavidad, los padres no tiene culpa de lo que hacen los hijos, además jaaz sentía más culpa que los demás.

—estoy bien, tranquila, lo siento, mi familia le hizo esto a Carlyle, yo no sabía nada.

—¿por qué te disculpas?

Benjamin miró hacia donde estaban ellos.

—entiendo que tu familia sea un verdadero problema pero tu no decidiste, él es un adulto y si fue ahí por algo, fue su decisión, nadie lo obligó a irse detrás de quizás que cosa.

Jaaz bajo la cabeza, rápidamente se pusieron en marcha y sacaron al alfa del auto, parecía estar borracho pero no olía a alcohol aunque camelia noto el olor fuerte de feromonas sexuales de otro omega, ella miro a su esposa que solo negó.

Las mujeres ayudaron a Carlyle a subir y las ancianas lo ayudaron a cambiarse, fue difícil apartarlo de jaaz ya que aun estaba bajo los efectos de todo lo que sucedió esa noche, el alfa continuaba demasiado angustiado, dependiente, mientras se cambiaba su cuerpo comenzó a sentir la necesidad de estar cerca de su omega y el escalofrío lo recorría. Soltó feromonas, y esto suavizo a jaaz, el menor se quedó abrazando su cuello hasta que Carlyle logró dormirse.

Los pasos de jaaz llegaron hasta la sala, una de las nanas de la casa venía riéndose con el mientras bajaban la escalera, parecían divertidos hablando de algo al azar.

jaazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora