Capítulo 43: Carlyle

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Carlyle comenzó su rutina como cada día, paso por su café muy temprano, acompaño a antu en la apertura y salió.

Su auto siempre está estacionado en la calle contraria de esa forma puede pasar por el frente de la librería y la tienda de música donde todas las mañanas tocan grandes éxitos del jazz mientras el anciano dueño, ordena los discos o limpia los vidrios.

Esta mañana había una sensación en la atmósfera que le aceleraba el corazón, y aunque él no tiene cuenta de esto, es muy normal. Cuando tu omega esta cerca, alfas dependientes como Carlyle, lo presienten.

"¿viste a ese hombre? Las parejas alfa omega son tan lindas"

Escucho a un par de chicas colegialas hablar desde le ventanal de la tienda de discos.

"el omega es muy pequeño, ¿serán pareja? Es demasiada la diferencia de altura."

Sin querer vio al interior. Pero no, no había nada demasiado sorprendente en el interior.

Siempre mantiene esa extraña esperanza, cruzarse de repente, verse de improvisto. Chocar en una esquina y poder abrazarlo con fuerza.

Llego a la empresa a la misma hora de siempre, su secretaria parecía haberse puesto de muy mal humor luego de aquella conversación, no hablaba, no saludaba y hacia mal su trabajo. Lira llego cerca de las 10:30 hrs. Se sentó en el sofá, Carlyle saco una bolsa de granos que antu le dio y en la cafetera automática de su oficina puso el picadillo de estos.

—¿Sabes algo de jaaz? —preguntó la chica— ayer me llamo.

Carlyle bajo la vista, a él no lo llamo.

—dijo que ninguna vez intentaste ponerte en contacto con él, ni siquiera lunelile le hablo.

Nuevamente lo había olvidado, iba a sacar el aparato qué ahora estaba en su escritorio de la oficina para contactarlo, ahí no necesitaba un número de teléfono, si jaaz mantenía su usuario activo, podía contactarlo.

Saco el celular rápidamente del escritorio, busco con la vista su cargador y llego al lugar de la oficina donde estaba la lampara, al lado de lira. La mujer levantó las cejas y vio formarse un círculo incompleto qué nunca termina de completarse mientras aparecía números grandes en la pantalla.

—sabrás que no vuelve solo.

—¿qué?

—si, esta viajando con un amigo, un alfa.

Lira se marchó luego de echar un poco más de leña al fuego.

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"Anne, necesito que vayas a buscar los documentos que están en la gaveta superior de la oficina en mi apartamento, es una carpeta amarilla que tiene todos los proyectos de los últimos dos años. Puedes almorzar fuera mientras estas en eso, almorzare con un amigo"

La mujer tomo un taxi hasta el apartamento de Carlyle, era el apartamento d sus sueños, con lo cercanos que se habían vuelto los últimos meses y la confianza que él había depositado en la mujer, a ella no le costó imaginar que podían llegar a algo. Era la persona más cercana, los amigos de su jefe estaban todos en pareja y él no tenia el gusto de otros qmjefes que había tenido, por buscar placer sexual en los omegas de la vida fácil.

Ese apartamento de dos plantas que era todo el último piso del edificio, solo la creme de la creme podía permitirse esos lujos. Tenía un hermoso lamborgini nuevo estacionado en casa desde antes que ella trabajará para él, el alfa había dicho.

"es para la persona que amo"

Y nadie lo saco jamás de ahí.

Igual que la casa que le mostró hace dos meses, solo ella en toda la empresa sabía de esa mansión de lujo que construia, incluso tenía un ala destinada a una familia, osea el planeaba tener hijos.

El apartamento ere enorme, tenía una decoración muy sutil y minimalista.

Entro al lugar notando que apenas parecía haber gente habitando, estaba limpio y ordenado, a diferencia del primer mes que le tocó recoger botellas todos los días. Fue a buscar los documentos y noto que había tardado menos de lo esperado, aun le quedaba dos horas para regresar del almuerzo.

Tomó una toalla usada en la habitación de Carlyle, aspiro el aroma de manera casi enfermiza, se sacó la ropa y la lanzó en el piso, luego envolvio la toalla en su cuerpo y se ato el cabello. Echo a correr el agua de la tina mientras revisaba uno a uno de los frascos que tenía en el baño.

Carlyle era de una sola línea de aromas, todas a frutos frescos y café. Esos aromas suaves y hogareños le agradaba a la mujer, los probó en el dorso de su muñeca y masaje o oliendo cada fragancia.

Cuando la tina ya tenía la mitad, sonó el timbre. Se sintió nerviosa y no supo como reaccionar, el portero del edificio conocía al invitado así que simplemente lo dejó subir. Anne vio la cámara de la puerta y noto que aparte de haber olvidado que ese lujoso edificio tenía cámaras por todos lados, había un chico esperando en la puerta principal, no en portería.

Su mente maquino rápidamente una solución para eso, debía ser él, si mal no recuerda, Carlyle parecía muy ansioso los últimos días  y varias veces lo oyó hablando con sus amigos que visitaban la oficina con constancia, sobre "jaaz".

Es imposible que jaaz sepa si miente o no aunque sea la pareja de Carlyle,
Anne trabaja con el alfa hace mucho y nunca ha visto al chico.

Volvio al cuarto,  mojo su cabello y estilando lo amarró nuevamente, la fragancia la aplicó de manera descuidada en la parte de su nuca creando solo un poco de espuma.

También mojo sus brazos y piernas y regreso a la puerta.

—¿hola?

Jaaz dio la vuelta al escuchar esa voz desconocida, miró a la mujer envuelta solo con una toalla sosteniendo el nudo del material en el centro de su pecho.

—¿si? —preguntó ella otra vez.

—no, hola, creo que no, osea... Antes vivía aquí alguien llamado Carlyle White.

—vive aquí, digo vivimos aquí.

—¿viven? ¿Tu vives con lyle?

—si, él está 3n la oficina ahora, acaba de irse, ¿quién eres? ¿Quieres entrar? Deja me cambio y te puedo atender.

Anne resistió la risa cuando vio al chico hacer mohín con su labio y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Estás bien? Si eres su amigo, le puedo decir que te llame más tarde, aunque hoy vamos a celebrar su cumpleaños adelantado así que tendría que ser hasta el lunes...

—no, no... Esta bien, no es necesario, yo tengo que irme.

Anne vio que al final del pasillo venía un alfa de porte enorme caminando, llego hasta jaaz y reviso su rostro. Limpio esa vaga lagrima qué aunque intento contener de había escapado se sus ojos, jaaz dio la vuelta y se oculto de la mujer.

—¿y el señor White? —preguntó Damián. —¿no estaba en casa?

Damián miró a la mujer de pies a cabeza, no sentía ni un poco de feromona en ella.

—¿tu lo hiciste llorar?

—no, demi, esta bien, vamos al auto.

—yo no sé que le paso, pregunto por mi novio y luego se puso así... No entiendo nada—habló con voz afligida —¿sucedió algo o son amigos?

—no, no somos nada—dijo jaaz, agarró el brazo del alfa pero él no se movió.

—vamos, te sigo —agregó Damián, la mujer con esa actitud inocente parada en la puerta los miro con suspicacia. —no te metas con el señor dubre o tendrás problemas.

La chica sintió un escalofrío y se metió pero continuó viendo desde la entrada del apartamento.

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—uff... Hablaste maravillas de ese tipo.

—no se... No quiero hablar de él ahora.

jaazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora