Capítulo 30: El Efecto De La Luna

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El amor es frágil, y nadie nace experto en el, quizás ni siquiera en una vida amando podríamos saber demasiado del amor, es intangible, es ilegible, no sabemos cuidarlo porque no hay instrucciones, no podemos planearlo porque nadie reacciona igual a un amor y otro.

Cuando amamos, hacemos lo mejor que podemos, usamos todo lo que sabemos de amores ajenos y hacemos todo aquello que creemos puede funcionar en ese amor.

Queremos que sobreviva, incluso si ese amor tan frágil recibe golpes, caídas, si ese amor se debilita aún más algunas veces.

Carlyle ama lo mejor que puede y en base a eso, hace cosas que Buenas que parecen malas, a espaldas de jaaz porque espera él no conozca nada de lo malo del mundo, no más de lo que ya soporto. Si pudiera Carlyle borrar su pasado y llevarlo en sus brazos por todos los malos pasos del mundo, lo haría.

—me estas diciendo que se irán tres días a la playa.

—así es, fue a buscar su ropa y viene a buscarme.

—escuchame jaaz, tengo algo que decirte, sabes que benjamín esta en mi facultad y últimamente —lira busco muy bien sus palabras —melody lo busca continuamente, él siempre se niega y la deja plantada pero benjamín me dijo algo

—¿Crees que melody planea algo con benji? Osea, se que él está loco pero es buena persona.

—no, lo que me dijo es que varias veces vio a melody hablando con Carlyle, demasiadas veces, no solo en la universidad.

Jaaz por fin se concentró en lira.

—yo no pienso mal de Carlyle, lo conocemos hace casi un año y es un buen tipo, pero me parece muy extraño...

Jaaz no quería dudar de Carlyle, sin embargo la vida le enseñó de la peor forma que nadie está libre de pecado.

"no, Carlyle no me haría nada"

Se convenció de eso, negó suavemente.

—Es probable que melody siga con sus confabulaciones, sabes que le gusta Carlyle y no se va a rendir tan fácil.

—Lo único que quiero decir es que debes tener cuidado, ese alfa parece un poco lento, cuidalo... Y cuidate, además también cuidate, se bien que no iran solo a sentir la brisa marina — sonrió nerviosa cambiando el tema.

La puerta del frente sonó y el alfa apareció, noto el ambiente tenso, traía con él su bolso y no supo cómo integrarse.

—mira sucio pervertido hormonal, respeta me escuchas.

Le dio dos golpecitos en el pecho, se despidió con un beso en la mejilla de jaaz y se fue.

Carlyle y jaaz solo intercambiaron algunas palabras, bajaron sus pequeños bolsos y subieron al auto, ese ambiente ambiguo continuaba.

—¿donde iremos?

—mi abuela tiene una casa en la playa, quizás esta un poco solitaria pero debe estar ordenada y limpia. Mamá se encargo.

—nunca he ido a la playa...

—ahora no disfrutarás mucho del mar pero también iremos a pasar una temporada en la playa, podemos ir al extranjero también, en vacaciones.

—entonces debo juntar dinero.

—bebe, tienes un novio jodidamente rico, debes aprovecharme, me pueden querer robar.

—¿novio? Soy un hombre soltero, tengo un tipo ahí que me manosea de vez en cuando y me besa como se le antoja pero no somos novios.

—no digas algo tan horrendo cuando estoy conduciendo, puedo chocar de la impresión, yo pensé que ya estábamos comprometidos.

—¿entonces seremos novios?

—yo decidí a los 11 que eres mio  no te puedes escapar aunque quieras.

—eres tan decidió, tendremos que hablar sobre eso... —jaaz miró hacia el frente, apretó su cinturón de seguridad. —¿Sabes algo de Luther? Me ha enviado solo unos dos mensajes el último mes.

—a mi tampoco me habla tan seguido como antes, creo que esta haciéndose cargo de una empresa.

Continuaron hablando durante un par de horas que llevaba el viaje, jaaz se durmió una hora antes de llegar y Carlyle disfruto de escuchar su respiración lenta y pausada.

La casa no era una pequeña cabaña como dijo Carlyle, era grande, espaciosa, hermosa y en un alto que daba justo a la playa. Cuando jaaz despertó, estaban estacionados en la punta de un mirador.

—creo que aún estas un poco dormido—Carlyle abrazo al omega por la espalda, dentro del auto estaba cálido y reconfortante, en cuanto se había bajado la brisa marina con ese sabor salado y gelida, golpeó su cuerpo.

—estas tan calentito.

—siempre tengo la temperatura alta.

—Lo sé, yo siempre tengo frío.

—tú vientre siempre esta frío, me gusta besarlo... Vamos dentro, mamá dijo que la despensa estaba llena, es temprano así que podemos tomar cocoa y luego salir a la playa, hay un mercado muy cerca, mamá dijo que envío a dejarte tus comidas favoritas.

—¿Crees que soy muy grande para que me adopten?

—eres un poco grande pero estas en la edad perfecta, si somos hermanos sería incesto pero me atrevo...

—adopción... Sabes cachorro, en la universidad me dijeron los chismes qué eres muy inteligente y sobre todo eres el alfa más imponente, ahora que lo pienso eres solo un cachorrito, uno caliente...

Giró entre sus brazos, lo abrazó también y afirmó su mentón en el pecho del alfa.

Carlyle estaba muy emocionado por este fin de semana, ansia a demasiado pasar tiempo a solas, las últimas dos semanas habían avanzado demasiado pero casualmente todo el mundo tenía pendientes con alguno de ellos dos.

—la gente habla mucho, necesito tooooooo-daaa tu atención porque soy solo un cachorro.

Se metieron a la casa, como dijo Carlyle todo estaba limpio, la despensa llena y el alfa preparo cocoa caliente, ambos se sentaron frente a una enorme chimenea rústica.

Quizás no era el motivo pero así comenzó, los besos con sabor a chocolate, muy motivantes.

Carlyle comenzó quitándole la taza de cocoa a jaaz de la mano, lo dejo a tientas sobre la mesa. Atrajo el delgado cuerpo por esa cintura pequeña y lo sentó a horcajadas sobre él. El ambiente fue calentandose no solo por la temperatura de la chimenea.

La ropa fue lo primero en salir del cuerpo de jaaz, Carlyle parecía desesperado, no habían mediado palabras.

Se abrazo a la cintura del omega, frotó sus labios en la piel del pecho, beso y mordió sus clavículas, succiono cómo previa los pezones, succiono de ellos sintiendo como si su lengua se calentara y el hormigueo bajara por su garganta.

El hombre estaba ardiendo, su erección se acomodo entre los glúteos debajo de la ropa interior. Se frotó contra su entrada sintiendo como la ropa interior se fue mojando lentamente.

Afirmó tiernamente la mejilla contra el pecho, jaaz mordió sus labios conteniendo la respiración.

—¿te sientes bien? Estás muy caliente de repente.

—si, me siento un poco acalorado.

—¿mi culpa? —preguntó risueño.

—claro es tu culpa.

Acomodo los brazos sobre los hombros de Carlyle, lamió los labio del alfa y empujó el vientre contra el pecho del mayor.

—dijo algo tu doctora sobre tener relaciones... Quiero que llegue tu celo... Quiero ser el primero y el único.

jaazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora