Capítulo treinta y dos/ Las consecuencias de no decir.

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Summer.

—Cada vez falta menos para que las vacaciones terminen — dice Alison lamentándose.

Las chicas vinieron a hacerme compañía mientras trabajo en la biblioteca. Hoy Marta no vendrá y para no cerrar todo el día, decidió dejarme las llaves para que atienda por la mañana. Las chicas se enteraron y ahora están todas curioseando los libros que tenemos.

—Fue hermoso mientras duró — le dice Kate.

—Aún no termina, no sean catastróficas. — Amber toma un libro, lee su título y hace una mueca de asco devolviéndolo a su lugar — ¿Por qué hay libros de recetas de comida en una biblioteca?

—Varias señoras vienen y se los llevan o anotan cada una de ellas, es sorprendente la demanda que hay por esos libros. — respondo.

Dejo a las chicas cuando ingresa una señora y la acompaño hasta el piso de arriba. Al bajar todas están sentadas detrás del mostrador.

—Y ella irá. — dice Alison mirando a Amber.

—¿Quién irá a dónde? — pregunto.

—Josephine irá a la gala benéfica.

—Josephine... me suena. — digo tratando de recordar

—La conociste el día en el que te emborrachaste en aquella fiesta. — me aclara Kate. Es la chica con la que estaba hablando Teo en un principio, una puntada de celos al recordar de qué manera estaban hablando se instala en mí. Por dios, ni que yo fuera una persona celosa.

—Ella intentó conquistar a Jack. — dice Alison —. Sabiendo que estaba con Amber.

—Oh, eso es de mala persona. — digo.

—Eso es ser una perra mala. — insulta Amber.

Todas reímos hasta que vemos a Teo entrar por la puerta vestido con su traje. Menos mal que tiene aire acondicionado hasta en su auto, porque si no este hombre ya hubiera muerto calcinado.

Él se detiene a medio camino mirando confundido a las chicas, suspira cansado y se acerca hasta el mostrador.

—¿Qué hacen aquí?

—Hola, a ti también. — le responde Amber a Teo.

—Vinimos a hacerle compañía a Summer. — dice Kate — ¿Tú qué viniste a hacer?

—Vine por Summer.

—Aww, como amo el amor. — suspira Kate —. Dejemos a los enamorados estar a solas. — toma su bolso y las chicas la imitan sonriendo.

—No te escapes de él, Summer. Hasta Rosa te agradece por darle un mejor humor a este sujeto. — Amber le palmea su hombro al pasar.

—¡Hablamos luego, Summer!

— ¡Nos vemos, chicas!

Cierran la puerta y por la ventana las veo subirse a un mismo auto. Cuando la última persona que quedaba en la biblioteca se retira pongo el cartel de "cerrado".

—¿Quién es Rosa? — le pregunto luego de darle un beso.

—Mi secretaria. – quién pudiera tener una — ¿Lista?

—Sí, me intriga saber qué me cocinarás.

Guardo las llaves en mi bolso al salir y subimos a su auto. Me convenció para que vaya a su apartamento chantajeándome con decirme que me cocinará, y yo no quiero perderme la imagen de él cocinando.

Antes de entrar a ese complejo de edificios de lujo, Teo le hace saber al guardia que mi entrada debe ser permitida a cualquier horario. Le sonrío tímidamente al señor cuando me observa y toma mis datos.

Hasta Que Lo Efímero Se Acabe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora