Capítulo trece/ Dudar de muchas cosas.

80 9 2
                                    

Summer.

"¿Aún no sabes qué estudiar? Este test es ideal para ti", "Encuentra lo que te apasiona en nuestro sitio web", "Haz clic aquí para ver tu futuro", "Dime qué signo zodiacal eres y te diré qué carrera va con tu personalidad".

Sigo y sigo bajando viendo páginas de internet en mi laptop. Hice ya como unos quince test de vocación para ver el resultado que me daban, pero aquí sigo igual de perdida. Con varios no coincidí y básicamente fue porque me salieron carreras que contienen números, muchos números que no van conmigo.

Solo uno me dejó pensando y fue porque el resultado de mis test dio "Educación". Y las carreras universitarias que salieron fueron: maestra de grado, profesora de secundario, profesora universitaria y una en especial que revolvió algo en mi interior.

"Maestra jardinera".

Creo que llevo viendo fijamente esas dos palabras por un largo tiempo que no escucho a la persona que está del otro lado del mostrador hasta que se aclara la garganta. Le sonrío en forma de disculpa y lo atiendo, guiándolo al sector de los libros que necesita.

No sé cuál fue la necesidad esta mañana de buscar carreras y hacer test a lo loca, pero eso hice mientras no había nada que hacer, aunque ya me he inscripto en abogacía y he empezado a pagar la universidad. Lo que me alivia un poco es que también un porcentaje me salió que podía llegar a estudiar abogacía, y psicología también. Básicamente puedo estudiar todo.

Cuando regreso al mostrador Marta se encuentra sentada frente a mi laptop. Me pone un poco nerviosa que lea los resultados.

—Perdón por mi intromisión, Summer, pero ¿Qué es esto? — con cualquier otra persona hubiera desviado el tema, pero Marta no es de esas personas que se entrometen solo porque sí, ella sabe en dónde indagar y cuándo hablar. Y hablar de esto con ella pienso que me ayudará.

—Es un test. Un test de vocación, para ver qué carrera universitaria puedo elegir.

—Creí que estudiarías abogacía.

—Y lo haré. Solo que lo hice por curiosidad.

—Aquí dice que un 80% salió en educación y un 15 % en humanidades.

—Suelen dar resultados muy confusos — mi risa suena un poco extraña.

Su vista viaja desde mi laptop hasta mí. Tiene su cara contraída en una mueca, como si no estuviera segura de algo. Es muy fácil leer a Marta, y es porque ella quiere que lo hagas, no se oculta, no le teme al mundo.

—Summer, ¿estás segura que abogacía es lo que quieres?

El "sí" nunca llega a salir de mi boca, el "sí" ni siquiera llega a plantearse en mi cabeza.

Marta nota mi indecisión y me sonríe un poco triste. Arrastra una silla y la deja para que pueda estar sentada a su lado.

—Seguro que lo debes haber escuchado en muchas personas, pero... no puedes estudiar algo que no te gusta, Summer.

Y qué tanto lo escuché. De personas mayores, de mis amigos, compañeros y profesores de secundario. Pero dicen eso y no te informan que hacerlo viene con un peso enorme. No te informan que la vida no es tan sencilla y que, al terminar de estudiar, debes esperar meses e inclusos años para conseguir tú trabajo deseado; no te informan que, al entrar a la universidad, debes poner sangre, sudor y lágrimas, y no hablo solo de lo académico. Muchas personas te pasan por sobre encima, te ponen trabas y te pisotean, solo porque se creen con el poder de hacerlo; que, si te quejas, la excusa más repetida es: "bienvenida al mundo de los adultos". Te pintan la vida tan estructurada: estudiar y trabajar, pero jamás te dicen que de por medio va a haber mucho sacrificio. Que no se va a lograr y a obtener todo solo por salir con un título. Lo que tendrían que decir es que, a partir de ahora, todo se va a logar con nuestro esfuerzo, que nada es hacer y obtener. Que la vida es: hacer, luchar, caer, levantarse y lograr.

Hasta Que Lo Efímero Se Acabe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora