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Maratón (1/3)

El momento de conocer a su jefe había llegado, ya se les había avisado sobre su llegada, el ascensor que se encontraba enfrente de su escritorio pasaba los números hasta por fin llegar a su piso.

El tiempo empezó a avanzar más lento, cada paso, cada movimiento los podía escuchar pero en ningún momento alzo su rostro, no podía por los nervios que cubrían cada parte de ella.

—Es él, ponte de pie.

La señora le dijo dando golpecitos en su pierna , JungMi se levantó acomodando su ropa y con su corazón latiendo fuertemente alzo su rostro.

La sonrisa que le estaba otorgando a su nuevo jefe se fue.

No había nada más que él, su caminar, su rostro, su porté, todo era él.

Su cuerpo empezó a temblar sintiendo que el aire le hacía falta, no lo entendía, se preguntaba cuál era la posibilidad de encontrar a alguien tan parecido a él.

"Por favor...que no sea él, díganme que esto es una maldita broma... Jungkook... Jungkook..."

Sus ojos poco a poco iban acumulando sus lágrimas, eran iguales pero tan diferentes, su esposo nunca estaba serio, nunca mostraba ese toque de altanero ni su actitud de ser el mejor en todo, su esposo era cálido, siempre iba derrochando alegría y amor.

—Buenos días señor, ella es JungMi, será mi reemplazo.

Ella como pudo lo saludó aguantando se todos sus sentimientos pero sin poder evitar que una lágrima cayera.

—Ten todo listo Dalia.

—Si, señor....¿Hoy vendrá su novia?

—Si, trae algo para que coma y también algo de ropa.

Se fue sin siquiera mirarla—Ya puedes levantar te—la mujer la enderezó para por fin darse cuenta de su estado —¿Que paso?

—¿C-cual es su nombre?

Preguntó con miedo—Jeon Jungkook.

Su mundo se había caído nuevamente, había luchado mucho tiempo tratando de sanar su herida, de poder escuchar su nombre sin derrumbarse , para ahora no poder entender por qué había sucedido todo.

"Tú...me abandonaste...aún cuando decías amarme...¿Por qué, por qué fuiste tan cruel?"

Salió corriendo de ese piso, huyó tratando de alejarse de todo logrando llegar hasta la guardería dónde se encontraba su hijo, estuvo a punto de entrar pero alguien la detuvo, sus brazos pasaron por encima de los suyos dejando la sin poder moverse.

—¡JungMi!—su voz se escuchaba lejana, no sabía quién era ni por qué le impedía huir así que trato con todas sus fuerzas alejarse hasta que su rostro fue tomado por él.

Mingyu le pedía que se tranquilizara, que le explicará que había sucedido —M-mingyu... él no murió... Mingyu...

—¿Quien ,de quién hablas JungMi?

—El padre de JoonWook... él está vivo...

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