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—¿Estoy contratada?¿En serio?....¿Lo hice?¡Estoy contratada!

Celebró con una sonrisa y un balanceó suave para después acercarse a él y sin poder controlarse ni recordando su actualidad, lo abrazó.

—Lo hice Jungkook....lo hice bien.

Jungkook quedó en blanco sintiendo como ella ajustaba sus brazos a su cintura hasta que sus cuerpos estuvieron unidos por completo, más aquello no duró mucho pues JungMi tomo consciencia de lo que estaba haciendo.

Se alejó con rapidez con su rostro rojo por la vergüenza —Lo siento mucho...me deje llevar por la emoción, lo lamento demasiado señor, no sé volverá a repetir lo juró, y-yo ....volveré al trabajo.

Huyó de la oficina sin mirarlo más. Jungkook solo podía verla irse, su corazón latía con fuerza y sus manos hormigueaban.
Soltó de golpe todo el aire que estaba reteniendo después de escuchar la puerta cerrarse y sin tener más fuerza se dejó caer al suelo mientras cubría su pecho con su mano.

—¿Que es lo que me sucede?

No sabía por qué todo su cuerpo siempre reaccionaba así y menos por la mujer que acaba de conocer.

—¿Quien eres JungMi?¿Que demonios me has hecho?

(...)

—Entonces....

—Se quedó.

—¡Jungkook! ¿Acaso no te importa Karina?

—Mamá sabías que ese era un pedido demasiado difícil de cumplir, Dalia ha llegado al límite.

—Jungkook....no puedes permitir esto...e-ella...

—Es buena en su trabajo y punto.

—Pero Karina...

—La respeto pero estás muy enterada de la situación, no estoy con ella por amor.

—¿Cómo puedes decir eso? Ella te cuido mientras estabas en el hospital.

—Hubiera preferido que no lo hiciera pero te encanta hacer las cosas a tu modo, no esperes que esté feliz con ella a mi lado....aunque no recuerde nada, en el fondo siempre amare a mi esposa.

—Ella es pasado...

—Para mi no lo es, nunca lo fue...quiero recordar la y eso no me lo puedes impedir.

—¡Jungkook! Ya es suficiente, ella está muerta, no vivas por una mujer que no volverá, ella murió y así mismo todos sus recuerdos, olvídate de ella.

—¡ES SUFICIENTE!—por primera vez él estalló de furia contra su madre—Esa mujer fue y será siempre mi esposa, deja de ser una maldita hipócrita, decias que la amabas y ahora hablas de ella como si su simple recuerdo te diera náuseas....si quiero vivir ilusionado en una mujer que ya no existe lo haré, nadie... absolutamente nadie me hará olvidar a la que fue el amor de mi vida.

SomeplaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora