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Un viaje sin aviso previo surgió, JungMi estaba desesperada arreglando todas sus cosas pero lo que más le preocupaba era al bebé que tenía durmiendo en la cama.

Había hablado con Mingyu pero él le había dicho que no podía cuidarlo pues su apartamento no era el indicado para tener un bebé y no quería ir a su hogar pues era muy importante respetar su privacidad, y su hermana tampoco podría pues tenía otras cosas para hacer.

Sin saber a quien más acudir, en la madrugada ella salió en camino a esa casa que ha estado visitando más seguido.

Las puertas fueron abiertas dejando ver al señor de la casa con su pijama y un rostro adormilado.

—¿JungMi?¿Hija que haces aquí a esta hora?...¿Quien es él pequeño?

—Señor Jeon... necesito su ayuda.

—Si... pasa hablemos dentro.



Ya en la calidez de su hogar, ella terminó de alistar su maleta, se vistió y tomo aquellos documentos que ha estado revisando.

Miro la hora en su teléfono recibiendo una llamada entrante—¿Si diga?

—Señorita JungMi...ya hemos llegado.

Era la primera vez que Jungkook estaba en ese lugar, observo desde adentro de su auto todo el lugar, toda la cuadra se encontraba en una condición lamentable, eran pocas las casas que tenian mantenimiento.

No cabía en su cabeza como es que alguien podria vivir en ese tipo de condiciones.

Regreso la mirada hacia el que se suponía era el edificio donde ella vivía, la vio salir con su ropa pulcra y su maleta a su lado.

Él salió del auto recargando su espalda en el mientras esperaba a que se acercará.

Ella alzo su rostro dedicando le una sonrisa genuina logrando que él se removiera aún sin poder soportar lo brillante de su presencia.

Su rostro tenía una ligera capa de maquillaje, unos labios color cereza mientras que sus ojos tenían una sombra anaranjada con brillos tenues en el inicio de sus pestañas, mismas que estaban rizadas dejando ver que eran largas.

Su cabello por otra parte se encontraba un tanto desordenado por el mismo aire que lo movía dejando le un momento difícil al no poder controlarlo y que se quedara quieto.

—Buenos días señor Jeon...

Él se acercó hasta ella eliminado cualquier espacio entre los dos, JungMi guardo silencio mientras sentía su corazón latir con fuerza.

—¿Q-que pasa?

Pero él no hablo, solo alzo su mano para quitar ese mechón que parecía indomable y momentos después alejarse tomando entre sus manos su maleta.

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