ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]

26|Perfectamente Manipulado (+18)

Volviendo a ese día, o madrugada, donde sucedió la situación con la mayor de la nueva generación de los Maldonados, Mary no quería que su hija estuviera tantos meses castigada y como lo había prometido se encargaría de ello. ¿Cuál era su plan? Usar sus encantos en contra de su esposo, quien era débil ante estos encantos.

La castaña se comenzó a desamarrar la bata mientras miraba como Alex hablaba molesto guardando las cosas de su hija en un lugar seguro. Él sabía que ella estaba allí pero desconocía de su plan. "Esto es increíble. Los crías para que sean personas de bien, niños normales, y salen con estas cosas. ¿Qué hice mal cómo padre para que me hiciera esto?" Preguntó apoyando sus manos en el escritorio que tenía en la habitación estresado.

Luego de que Mary se desamarrara la bata lo abrazó por la espalda suavemente. "Nosotros también fuimos adolescentes alguna vez." Le dijo con dulzura acariciando su torso lentamente mientras apoyaba su mentón sobre el hombro de su esposo. "¿O no lo recuerdas?" Preguntó para presionar sus pechos en la espalda del chico.

Los ojos del pelinegro se abrieron al sentir tanto sus manos como sus pechos. Podía deducir que no tenía brazier. "Pero aún así.." insistía Alex tratando de enfocarse. "¿Meter a un chico a la casa por la madrugada? Nosotros no éramos así."

"¿No hubieras querido hacer lo mismo cuando éramos adolescentes?" La pregunta lo dejó entre la espalda y la pared. "Lo vez de esa manera porque eres su padre, Alex." Sus manos fueron lentamente bajando por el torso de su esposo provocándole escalofríos al mexicano. "Yo recuerdo perfectamente recibir mensajes tuyos a las dos de la mañana junto a fotos atrevidas." Sonrió la castaña. "¿O me equivoco?" Las manos de ella no disimularon ni un poco cuando comenzaron a acariciar lentamente por encima de su pantalón de pijama.

"Mary.." suspiró Alexis.

"¿Cuánto tiempo le darás de castigada?" Volvió a preguntar su esposa mientras movía su mano con lentitud pero firmeza.

"Cinco meses." Murmuró sintiendo como su cuerpo se calentaba ante las caricias lujuriosas de su amada.

"Eso es mucho." Lentamente metió sus manos dentro de su pantalón para imitar la mismas caricias pero sobre su ropa interior notando que ya estaba prendido por solo acariciarle.