ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]

27|Demasiado para soportar

Los brazos de la castaña rodeaban el cuerpo de su esposo. No le gustaba verlo así y le deprimía de tan mal que le veía. Le acariciaba a el cabello y le trataba de consolar con caricias en su largo cabello oscuro. La noticia de aquel cierto británico le había caído pésimo. Era su mejor amigo, después de todo. Lo peor era que le había caído eso junto a otras cosas más, como el hecho de que habían falsas acusaciones en su contra. Había algo en Alex que no procesaba sus sentimientos fuertes como la tristeza hasta que se acumularan suficientes situaciones depresivas que le hicieran querer tirarse a llorar por horas.

Por más que intentaba no sobre pensar era difícil. Pensaba en esa noticia, en las falsas alegaciones, en el embarazo de su esposa y el recuerdo de aquel bebé que perdieron al principio, junto a el recuerdo de que casi perdían a Thiago al nacer. Temía que le pasara algo igual y pero a sus gemelos. También pensaba en que no estaba para sus hijos y menos su esposa. No podía dejar de trabajar pero tampoco lograba conseguir un balance entre los dos, quería cambiarlo. Aunque Mary le decía que estaba haciendo bien y que no había nada malo con el querer cambiar, Alex se deprimía más pensando en que sus hijos ya no le querían por no pasar tiempo con ellos.

"Ahh, ya, mi amor.." le susurraba con amor la francesa acariciando su cabello. La cabeza del pelinegro estaba contra el pecho de ella y mojando con sus lágrimas la camisa que la cubría. "Nada malo va a suceder. No seas pesimista.." le decía.

"Tengo miedo de perder a mi familia, Mary.." sollozaba. "No quiero perderles, ya perdí demasiado..."

"No lo harás. Seguimos aquí y contigo, cariño." Le repitió para alejarlo con cuidado de su pecho agarrando su cabello y echándolo hacía atrás viendo su rostro con las mejillas, nariz y ojos rojos por llorar. "No nos perderás, Alex.." le repitió con firmeza y una voz suave.

Alexis lo miraba sollozado. Mary le dejó un suave beso en su frente y luego le abrazó.

"Te amo." Susurró la castaña. "Y tus hijos también te aman. Incluyendo los que están por venir." Le dijo. "No porque ha sido una semana un poco mala significa que tu vida es mala. Lo sabes,¿verdad?"

Él solo pudo asentir queriendo dejar de llorar tanto. De repente sintió un pequeño golpecito acompañado de un jadeo de sorpresa de su esposa. Cuando bajó la mirada a la panza de Mary esta acarició por encima de su camisa.

"¿Lo vez?" Sonrió ella. "Son tus bebés pidiendo que papi deje de estar triste."

Alexis sonrió por esto y acarició la panza de su mujer con suavidad. Después de todo, ella siempre tenía razón.

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