Alexis conoció a Marilyn en la escuela cuando eran niños. Ella y su familia viajaron a México hace muchos años por cosas de sus padres y el trabajo.
Ese fue el mejor año en la vida de ambos.
En el presente tienen una hermosa familia llena de amor...
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Mary se levantó temprano para despertar a sus hijos y prepararlos para la escuela. Su esposo estaba durmiendo luego de haber trabajado hasta tarde en sus papeles y cosas de abogado. Cuando sus niños estaban listos los subió al auto de su esposo para subirse y conducir. ¿Y porqué el de él? Porque el de ella tenía una llanta ponchada. Pero eso era lo de menos, le iba a ser de mucha ayuda más adelante.
En el camino a la escuela pensó en miles de cosas con coraje. Suspiró profundo y dejó que su cuerpo se calmara, no era bueno enojarse o hacerse la vida imposible por algo que claramente iba a ganar.
Cuando llegaron a la escuela se estacionó donde siempre se estacionaba su esposo y miró alrededor callada. Los cristales eran oscuros, de adentro se podía ver hacía afuera pero no viceversa. Y ella estaba consciente de ello pero parecía que la mujer rubia que agitó la mano al ver el auto, no.
"Bebé, ¿esa es la mamá de tu amiguito Matt?" Le preguntó a su hija que se estaba quitando el cinturón de seguridad.
Al verla Amely asintió. "¡Sipi!"
"Mm.." asintió para mirarlos. "Vayan con cuidado y pásenla bien. Mamá los ama." Les dijo para lanzarles besitos a sus niños mientras estos se bajaban del auto despidiéndose con sus manitas y sonrisas.
Cuando cerraron la puerta Mary se quedó a verlos entrar. Una vez ya no los vió volvió a mirar a aquella madre rubia que estaba usando una camisa extrañamente muy escotada. En todo momento miraba a su auto y hasta le guiñó el ojo. Debe estar pensando que era Alexis.
Mary condujo de regreso a su casa poco después. Ya sabía quien era la mujer que le coqueteaba a su esposo, volvería en la tarde a buscar a sus hijos y con suerte a poner a esa zorra en su lugar.
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