134| Papá luchón

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"A la cama, a la cama

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"A la cama, a la cama." Repetía Alexis mientras se ataba el cabello. Eran las nueve de la noche y su criaturas seguían despiertas, lo malo era que no era un fin de semana, era un día martes.

"¡Papááá, Alexa se llevó mi dinosaurio!" El grito de Thiago se escuchó al otro lado de la casa haciendo que le salieran canas verdes.

"¡Alexa!" Gritó el chico buscando a su hija con la mirada, sin ese peluche su hijo no podía dormir y era justamente lo que no quería que sucediera. "Me lleva la chingada."

"¡Papáá!" Escuchaba ahora a Tiana gritar, desde que cumplió los dos añitos era una gritería de su parte al aprender a hablar.

Con las manos en la cabeza pensó en alguna forma para calmar su estrés, no pudo ni pensar dos segundos.

"¡Suelta!" Chillaba Alexa tratando de quitarle el peluche de dinosaurio a su hermano.

"¡A ver! ¡Ya!" Les gritó cargando a Tiana y señalando a sus otros dos niños. "Alexa, suelta el peluche." Su niña comenzó a sollozar soltando el peluche. "Vete a dormir, Thiago."

"¡Buenas noches, apá!" Thiago se fue a su habitación corriendo feliz y con una sonrisa.

"Buenas noches, Toño, te amo." Le dijo a su hijo al verlo irse. Negó y con una sonrisa ya más tranquila cargó a sus niñas llevándolas a la habitación.

Primero acostó a Tiana y después a Alexa. Al lograr dormirlas apagó la luz, encendió la lampara de estrellitas y salió hacia su habitación, donde le esperaba su esposa con paz y tranquilidad, misma era por que su esposo se ocupaba de los niños.


[...]


Sentarse en la cama fue como tocar nubes luego de estar corriendo descalzo en la calle. Justo cuando se desataba el cabello tocaron la puerta.

"Entra." Dijo Mary acostada en su lado de la cama. Al ver a su hija mayor entrar dejó de usar su iPad para presentarle atención. "¿Sí?"

Tanto Mary como Alex notaron los nervios en su hija y eso les preocupó.

"¿Qué pasa, güerita?" Preguntó el chico haciéndole una seña para que se acercara.

"Papito, ¿si te digo algo no te molestas?" Le preguntó con sus mejillas rojas y sus ojitos cansados.

"Claro que no, mamita." Le sonrió acercando sus manos para acariciar el cabello castaño de su pequeña. "Puedes decirme a mí y a mamá."

Amely miró a su Mary, quien le sonreía con comprensión.

"Es que... tengo que hacer una maquina del sistema solar." Soltó la castañita. "...Para mañana." Concluyó con un tono bajito.

"Ay, hija de tu pu—" Lo que lo hizo no terminar la oración fueron sus propias manos que taparon su rostro con frustración.

"Mi amor, son casi las diez de la noche. ¿Por qué no nos dijiste antes?" Le regañó la francesa con suavidad mirando preocupada a su hija.

"Es que andaba terminando mis otras tareas y olvidé totalmente que tenía que hacer la maqueta." Dijo con timidez jugando con sus propias manos.

Con un suspiro Mary asintió. "Está bien, papá te ayudará a hacerla." Soltó sonriéndole, misma sonrisa calmó a su hija.

"¡Gracias!" Dijo saltando para abrazar a sus padres, luego se fue corriendo a su habitación para buscar sus cosas.

"Mary, eres una hija de la chingada." Dijo Alexis nada más volteó a ver a su mujer con cara de pocos amigos.

"Estarás bien." Sonrió la francesa como si nada para acostarse y arroparse. "¡Buenas noches!"

Alexis no tuvo de otra que ir a ayudar a Amely con su proyecto. Volvió a su habitación a las dos de la mañana bizco del sueño, todo para que a las seis ya estuviera despierto para preparar los lonches de sus hijos y llevarlos a la escuela. Al volver a las ocho a la casa les dió desayuno a sus bebés y fue a hacer sus cosas.

En defensa de Mary, ese era su día a día. Por primera vez en años pudo descansar por ordenes del doctor y Alex tuvo que cargar con todas esas cosas que normalmente haría la francesa.

Él no entendía. Ella hacía esas cosas todo el tiempo y lucía reluciente y hermosa. Él lo estaba haciendo por poco más de una semana y ya se sentía y veía como si estuviera a minutos de morir.

 Él lo estaba haciendo por poco más de una semana y ya se sentía y veía como si estuviera a minutos de morir

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ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora