"Tienes tu osito, ¿verdad?" Preguntaba Alexis mientras caminaba a la cama de su hija mayor para arroparla como era debido cuando la vió asentir. "Muy bien, pues ahora debes dormir." Le dijo con cariño."Papá.." le llamó sin muchos ánimos.
"Dime, calabacita." Siempre fue muy observador cuando se trataba de sus niños y era obvio que notó la carita triste de su niña.
"Los niños en la escuela me molestan mucho..." murmuró con tristeza para mirarlo. "Me dicen cosas feas sobre como me veo."
Alexis frunció el ceño al escucharla. "¿Sobre cómo te vez?" Preguntó.
"Sí..Se burlan de mis puntitos." Amely se llevó sus manos a su rostro tocando sus lunares con tristeza. "Dicen que no me baño y que tengo sucio en la carita."
El corazón del pelinegro se ablandó al escucharla. Su voz sonaba tan desanimada que le entristecía y la desanimaba a él también. Se sentía mal por que la molestaran, se sentía peor porque era su culpa que tuviera esos lunares. Después de todo, todos sus niños los tenían.
"¡No me gustan mis puntitos!" Exclamó tapando su rostro del todo. "¡Ojalá no hubiera nacido!" Soltó la castañita para comenzar a llorar rompiendo el corazón de su papá con fuerzas. No era su intención pero era lo que provocó sus palabras y sus lágrimas.
Al escucharla Alexis se acercó más a la cama y se arrodilló frente a esta, para ser exactos, a un lado de su niña. "¿Piensas que papá es feo?" Le preguntó con suavidad.
"No." Ella negó.
"¿Piensas que papá es lindo con todos sus puntitos en la cara?" La pequeña asintió lentamente. "Entonces, ¿porqué piensas que son feos en ti? Te miras hermosa, calabacita, no digas eso."
A pesar de sus palabras Amely seguía llorando y sollozando. Se negaba a creer que era linda y eso entristecía a su padre.
"Dame tus manos." Le pidió extendiendo sus propias manos a ella. Amely le miró entre llanto y aunque lo dudó colocó sus manos sobre las manos de su padre con delicadeza. "Tu mamá y yo solíamos hacer esto todos los días. Juntábamos nuestras manos y entrelazábamos nuestros dedos usando mucha, mucha fuerza." Mientras hablaba juntó las manitas de la niña y quitó sus propias manos. "Inténtalo." Amely entrelazó sus dedos entre si y apretó lo más fuerte que pudo provocado que sus nudillos se pusieran blancos. "¿Qué sientes?"
"Cuando aprieto mis manitas así..duele." Dijo ella al detenerse para mirar a su papá. "¿Porqué hacían esto?" Preguntó con curiosidad y timidez.
"Porque era lo que hacíamos antes de cerrar nuestros ojos." Le dijo con amor y una sonrisa. "Cerrábamos los ojos y le pedíamos a Dios por una hija. Lo hacíamos todas las noches y todas las mañanas." Con suavidad acercó su mano al rostro de la pequeña y limpió sus lágrimas. "Tu mamá y yo queríamos un milagro y ese milagro fuiste tú, Marie." Le dijo con amor tras sus palabras y tras su mirada paternal. "Así que, por favor, no vuelvas a decir eso." Al decirlo se rompió su voz. Quería llorar y se notaba.
"Papito.."
"No vuelvas a desear no haber nacido porque no podría escucharlo una vez más." Le pedía haciendo su mayor esfuerzo por mantenerse firme.
"Perdón." Pidió Amely para abrazarlo con todas sus fuerzas.
"No vuelvas a decir eso, por favor, güerita. Papá y mamá te aman mucho y están más que felices por que estés aquí con vida y junto a nosotros." Alex acariciaba su cabello mientras le hablaba con amor. Recordaba cuando nació su niña, verla en la cuna del hospital le hizo sentir tantas versiones variadas de la felicidad que nunca pensó en querer dejarla ir.
"¿Papá?"
"Dime, calabacita."
"¿Tú y mamá se quieren?" La pregunta le tomó desapercibido, tanto que la alejó con cuidado parar mirarla, como si no hubiera escuchado bien. "Es que últimamente no parecen quererse y..y se ven muy tristes juntos."
"Güerita, mamá y papá se aman pero..." suspiró. Pensaba que ya tenía edad suficiente para saber cosas así. "Aveces hay cosas que funcionan y...cosas que no funcionan."
"¿Papá y mamá no funcionan?"
"Tu mamá y yo estamos pasando por unas situaciones muy difíciles pero eso no quita que no te amemos mucho a ti y a tus hermanos." Le aseguró con una pequeña sonrisa. "Nada de lo que suceda entre yo y ella cambiará el amor que les tenemos a ustedes." Le decía tratando de ser directo pero sin tocar temas sensibles.
"¿Se va a divorciar?" Preguntó Amely al borde del llanto.
"...No lo sé, bebé." Suspiraba con suavidad acariciando su cabello castaño y largo.
Amely no dijo nada más y Alex agradecía su comprensión con el tema. La castaña abrazó a su padre con todas sus fuerzas y le pidió quedarse la noche. De cierta forma y aunque tuviera diez añitos seguía siendo una bebé para él, su pequeña bebé indefensa y chiquita. Alexis se hizo espacio en la cama para recostarse, al final, durmió allí junto a su niña abrazándola como hizo años atrás.
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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]
Hayran KurguAlexis conoció a Marilyn en la escuela cuando eran niños. Ella y su familia viajaron a México hace muchos años por cosas de sus padres y el trabajo. Ese fue el mejor año en la vida de ambos. En el presente tienen una hermosa familia llena de amor...