ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]

113|Expulsada

Tiana iba caminando a su salón como siempre. En el proceso usaba su celular para verse en el reflejo y acomodar su cabello, no quería verse mal ni un sólo segundo. Debía verse bien todas las horas del día o estaría muy molesta. Su refrán era: "Mi padre y mi madre no se ven bien para que no me vea bien", casi era su lema de vida y lo defendía a capa y espada.

Todo iba bien, hasta que escuchó escándalo. Al bajar su celular para ver que sucedía vió como una chica gritarle a otra, hasta llegó a intentar agarrarla para golpearle, cosa que no logró. Al fijarse mejor, la otra chica no era cualquiera, era Alexa, su hermana. La pelinegra estaba frente a la pelirosada con su brazo echándola hacía atrás, por el lenguaje físico se notaba que estaba protegiéndola.

No se iba a meter, su padre les mostró a ella y a sus hermanos a defenderse. El problema era que Alexa odiaba tener que usar fuerza para defenderse, aún así, si el momento lo exigía, usaba fuerza bruta. Tiana pensó que iba a defenderse pero al primer golpe que le lanzaron sólo lo esquivó, pedía en voz alta que la dejaran a ella y a su novia en paz, que no quería problemas. Fue entonces que Tiana se desvió para ir hacía allá.

"What the fuck is your problem?!" Dijo alzando la voz tan pronto se encaminó hacía allá. "¡Si quieres pelear aquí me tienes!" Le dijo quitándose sus grandes aretes de aros.

"Tiana, no es necesario." Dijo Alexa tratando de calmar a su hermana, era la tercera vez en esa semana que iba a dirección, no podía ir una cuarta vez.

"No, sí lo es." Con rapidez guardó sus aretes en su bolso caro que usaba para llevar sus cosas de la escuela. De esta sacó una liga para el cabello y comenzó a atarlo sin dudar ni un segundo.

[...]

El pelinegro se bajó del auto junto a su esposa. Fueron caminando a la dirección y al llegar vieron a sus hijas menores sentadas de brazos cruzados, a un lado, a dos sillas más lejos, estaba otra chica, cosa que no le importó a su madre.

"Mis niñas, ¿están bien?" Preguntó Mary preocupada tomando sus rostros con cada una de sus manos para revisar alguna herida, estaban perfectas.

"Estoy bien." Murmuró Alexa.

"Yo también." Respondió Tiana molesta.

Alexis miró a la niña al lado de sus hijas y la analizó de arriba hacia abajo. Estaba hecha mierda. Le faltaba un arete y su oreja sangraba un poco, tenía moretones y estaba despeinada. Lentamente miró a otro lado y se mordió la lengua tratando de no sonreír, su hija le había dado la golpiza de la vida.

"Señor y señora Maldonado." Dijo el hombre mayor que tan pronto salió de su oficina. "Adelante, por favor." Ambos entraron con sus hijas. Alexis se sentó y a su lado su esposa, en las otras dos sillas se sentaron las chicas. "Es la cuarta vez que se le llama la atención a la señorita Tiana." Comenzó a hablar. "Creo fielmente que deberé expulsarla."

"¿Por?" Preguntó Alexis mirándolo serio.

"Por que está causando problemas en la escuela." Dijo sorprendido de que el pelinegro fingiera demencia.

"¿Problemas?" Alzó una ceja. "Todas las veces que nos han citado por que nuestra hija se metió en problemas resulta ser que era ella quien trataba de defender a otro estudiante al que sí le estaban causando problemas." Dijo con seriedad sin dejar que el hombre hablara. "Por lo que veo, los valores de esta escuela son más para cubrir la imagen de la escuela votando a los estudiantes que trataban de hacer un cambio real que para ustedes hacer un cambio real." El hombre estaba pálido.

"Señor, no es así."

"¿No?" Se metió Mary. "Nos citó para expulsar a nuestra hija por defender a su hermana por evidente discriminación por ser homosexual. Y esta otra estudiante que la molestaba ni siquiera se llevó una sanción." Dijo señalando a sus hijas en orden. Alex la dejó hablar sin meterse, era cierto lo que decía. "Si esta escuela no hace algo por proteger a sus estudiantes, ¿qué espero yo de que van a proteger a mis hijas?" Preguntó sin recibir respuesta. "Voy a sacar a mis hijas de la escuela." Soltó sorprendiendo a sus hijas. "Buscaré una mejor escuela y lo demandaré a usted por permitir y discriminar a mis hijas. Dejo en claro que ninguna de las dos será castigada por sus quejas, señor." Y dicho esto, se levantó para tomar su bolso.

"No, no, señora y señora Maldonado—" el hombre se puso de pie viendo como la familia se daba la vuelta. En el proceso, Tiana le miró y tiró su cabello hacia atrás dejando en claro su actitud tan característica de ella. El señor estaba perdido, aún más porque el padre de la familia era un excelente abogado, si lo demandaba, la escuela completa iba a perder.

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