79|Tormenta

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Alexis buscaba apartamentos disponibles en su laptop pero no encontraba nada que no fuera lejos

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Alexis buscaba apartamentos disponibles en su laptop pero no encontraba nada que no fuera lejos. Quería estar cerca de sus hijos y de su esposa, aunque no quería admitir por esta última. Los apartamentos más cercanos estaban casi a una hora de distancia y no se le antojaba tanto estar tan lejos. No quería llegar tarde en caso de una emergencia o algo así. Se tuvo que resignar a que iba a tener que vivir más tiempo en la misma casa que su esposa.

Se la pasaba pensando, no, se la pasaba sobre pensando. No podía dejar de imaginar que había hecho algo mal. Últimamente, cada que cerraba los ojos imaginaba como había sido el momento en el que sucedió la tragedia. Se imaginaba la forma en la que este hombre desconocido besaba a su mujer. Imaginaba la forma en la que posiblemente acariciaba su piel y el como debía de decirle miles de cosas al oído. Se torturaba pensando en como debía decirle que la deseaba mientras se revolcaban en la cama cuando no estaba. Le dolía en el alma pensarlo, le dolía más que no podía dejar de amarla aún sabiendo que le fue infiel.

Se levantó de donde estaba sentado y caminó a su habitación para buscar un saco. Al entrar era de esperarse que la castaña estuviera en la cama acostada. No le tomó mucha atención aunque quisiera porque la amaba pero se estaba manteniendo firme y orgulloso por todo el tema.

"¿Alex?" Mary se sentó rápidamente pero con cuidado al verlo entrar.

El pelinegro abrió el armario y buscó su saco negro, aquel que era muy calentito, lo iba a necesitar para este día tan helado. Al ser ignorada la chica trató de levantarse para ir a él, pero no lo consiguió, su cuerpo no tenía la fuerza necesaria.

"Alexis, no me ignores, por favor." Le volvía a llamar para mirarlo preocupada. "¿A dónde vas?"

"No te concierne." Le dijo seco mientras se colocaba su saco con calma. Ni siquiera se dió el tiempo a voltearla a ver.

"Claro que me concierne." Se sentó en el borde de la cama para verlo directamente. "Soy tu esposa."

"Una esposa no es infiel."

"¡No te fui infiel, Alexis!" Le dijo alzando la voz. "¡Deja de decir que lo fui!"

La risa sarcástica del pelinegro la hizo abrir los ojos de sorpresa. "Y sigues mintiendo. Sigues teniendo los huevos para mentir." Negó con un suspiro y con su mano limpió el lagrimal de uno de sus ojos. Odiaba esa sensación, quería llorar y no podía hacerlo frente a ella, tenía miles de razones pero la más acertada era que no quería que se sintiera peor de lo que ya se sentía. A pesar de que estaban en un momento difícil no la odiaba, la seguía amando con todas sus fuerzas y no quería verla mal.

"No miento. Jamás mentiría con algo así." Le dijo con firmeza.

"No estás entendiendo bien." Suspiró una vez más para darse la vuelta y mirarla. "Estás, positivamente y muy, embarazada. No hay forma de que yo sea el que te dejó embarazada porque me pinches operé. Te explico a más profundidad, por si no entiendes con esa explicación. No hay forma de que te embarace a ti o a nadie." Le dijo colocándose una mano en la cintura y con la otra la mantenía en el aire para explicarle, como si le hablara a un niño pequeño.

"Es que.." la voz de Mary se debilitó aún más. "No hay forma de que..no fueras tú." Sollozó, mismos sollozos hicieron que Alex mirara a otro lado frustrado.

"No voy a discutir más contigo." Dijo para tomar lo que necesitaba.

"Pero—"

"Ahí muere." Dijo una vez más antes de salir de su habitación para bajar a la puerta principal.

Sonaría muy cruel si la dejaba así en ese estado pero la verdad es que no la quería dejar sola. Marilyn estaba muy débil y con náuseas y mareos, no era seguro dejarla así, menos sabiendo que estaban los niños en la casa. Alexis subió a su auto y tomó su celular para llamar a Mirelle, la detestaba y el simple escuchar su voz lo estresaba pero prefería escuchar su voz insoportable a dejar a su mujer sin nadie en la casa.

Cuando colgó la llamada comenzó a conducir en camino a su destino, pensaba ir a la casa de Luzu y ayudarlo con unas cosas que le pidió el español. Suspiró y negó frotándose el rostro en una luz roja, en cosa de semanas su vida había ido al trasto casi del todo. Pero decían que después de la tormenta salía el arcoíris...Aunque aveces no era del todo cierto.


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ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora