Alexis conoció a Marilyn en la escuela cuando eran niños. Ella y su familia viajaron a México hace muchos años por cosas de sus padres y el trabajo.
Ese fue el mejor año en la vida de ambos.
En el presente tienen una hermosa familia llena de amor...
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Era casi la hora en la que Alexis siempre salía para buscar a sus niños. Mary se terminaba de arreglar y se aseguró de verse lo más guapa que nunca se había visto. Usaba ropa casual y era suficiente, resaltaba bastante su belleza y eso que ni siquiera se había maquillado.
Bajó las escaleras hasta llegar a donde estaba su esposo con su bebé. Él estaba en su laptop y ella estaba jugando con sus juguetes en el suelo sentada. Al ver a su mamá acercarse ella alzó sus bracitos en dirección a ella abriendo y cerrando sus manitas.
"Mamá va a salir, volverá después con tus hermanitos." Le decía a Alexa mientras le hacía cosquillas en su pancita haciéndola reír bajito. "Y papá te va a cuidar..o tú deberás cuidar de papá porque él no se sabe cuidar solito." Le decía estando totalmente consciente de que su esposo estaba escuchando.
"Las llaves de mi auto están en la mesa." Le dijo con tranquilidad ignorando lo que acababa de decir.
"Usaré el mío." Le dijo Mary cargando a su bebé en el proceso.
"No, no, usa el mío, si usas el otro posiblemente te quedes a mitad de camino." Insistía él. "Usa mi auto."
La castaña bajó a Alexa luego de darle un beso en la frente, luego le sonrió a su esposo. "Entonces te llamaré si algo pasa." No dijo más, le dió un beso corto y procedió a tomar sus llaves para salir de la casa a su auto.
[...]
Marilyn bajó del auto al llegar a la escuela. La mujer rubia estaba allí sentada en una banca fuera de la escuela con otra mujer que posiblemente esperaba a que su hijo saliera de la escuela. Fue caminando a aquella banca y se sentó sin problemas, era larga así que podía sentarse ella y hasta tres personas más.
"¿Tienes un cigarro?" Preguntó al notar que la mujer desprendía un olor característico del humo de los cigarros
"Ah, sí." Respondió ella para sacar de su bolso una cajetilla. Le ofreció uno y al verla tomarlo ella también tomó uno. Una vez los dos cigarros encendidos empezó a hablar, Mary no tuvo que decir nada para incitarla. "Tu auto se parece mucho al de un padre de la escuela."