108|Amely M. Maldonado Fournier

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Amely entró a su casa desanimada, no fue el mejor día para ella

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Amely entró a su casa desanimada, no fue el mejor día para ella. En la mañana se le poncharon dos llantas a su auto y tuvo que ir a pie a la universidad. En la universidad se sentó en una banca con un chicle y se hizo un desastre en su pantalón. Saliendo a almorzar lo que compró para comer le cayó muy mal y terminó vomitando en el baño. Al tratar de salir se quedó encerrada en el baño y cuando por fin logró salir había perdido dos clases. De regreso a su casa cayó la lluvia y al correr se tropezó y cayó en lodo. Todo hasta llegar a ahora.

"¿Qué te sucedió?" Preguntó Thiago desde el sofá nada más la vió entrar. Estaba cómodo con su pijama, su cabello atado y un vaso de coca, demasiado cómodo.

La castaña no tuvo energía para hablar, se fue a su habitación desanimada. Sus padres aún no llegaban del trabajo, su padre estaba en su oficina fuera de la casa y su madre en el restaurante, no llegarían hasta dentro de otras tres horas más. Lo mismo con sus hermanas, estaban en la escuela y pronto tendría que ir Thiago a buscarlas. Él no hacía nada, estaba de descanso creativo, así le llamaba él a el estar sobreexplotado con tanto dibujo y demás.

[...]

Tiana había entrado al cuarto de su hermana mayor para hablar con ella de su día pero no pudo, notó al instante que su hermana no estaba de ánimos así que tuvo que salir e irse. Una hora después Alexa entró para corroborar lo que su hermana menor decía de la mayor, efectivamente, estaba desanimada y nada la animaba.

Cuando llegó Alex y Mary a la casa fueron informados al instante. Mary subió las escaleras rápidamente y al entrar se asomó. Evidentemente estaba mal.

"¿Qué le sucede a mi niña mandarina?" Preguntó la castaña al entrar para acercarse a la cama para sentarse en el borde de esta.

"Mi vida es horrible.." murmuró bajó la cobija para después volver a hablar. "Todo mi día fue de mal en peor." Dijo bajoneada.

"Cariño, no porque tengas un mal día significa que tu vida es mala." Le dijo con dulzura mientras acariciaba su cabello. "Fue un mal día, ya está, eso no decide tu vida." Le sonrió. "Quien la decide eres tú."

Amely la miró en silencio y se reincorporó para abrazar a su madre con fuerza. Sollozaba bajito a la vez que su madre la consolaba con dulzura. Cuando la chica estuvo mejor Mary se fue de la habitación, le contó todo a su esposo y él la escuchó atento. Tan pronto terminaron de conversar se separaron, Marilyn fue a la cocina para preparar el postre favorito de su hija, Alexis subió a la habitación.

"¿Güerita?" Llamó Alex al entrar.

"Papito.." murmuró la castañita para sentarse y mirarlo.

"¿Qué me le sucede?" Preguntó bajo para acercarse. Sin dificultad la enrolló en la cobija para cargarla como si fuera una bebé.

"¡Ah!" Chilló ella. Esto de cargarla le sacó una risa baja a la chica, era justo lo que quería el pelinegro.

Parecía que ni pesaba. Alex la sacó de la habitación luego de tomar algo de el mueble para bajar a la sala, en ningún momento la bajó. Cuando llegó a la sala se sentó en el sofá con ella en su regazo enrollada en la cobija. Justo cuando estuvieron allí le dejó encima aquello que había tomado del mueble: Un peluche de Bluey que tenía más años que sus hermanos.

"¿Quieres ver Bluey?" Preguntó mientras tomaba el control remoto para buscar en la televisión.

Amely sonrió y tomó el peluche a travez de la cobija para abrazarlo. La tarde pasó en eso, Alexis consintiendo a su hija como si volviera a tener menos de cinco años. Mary le trajo un plato de brownie con helado, lo mejor era que el brownie era hecho desde el inicio. Sobre el helado había jarabe de chocolate y algunas estrellitas de colores. Mientras Alex la mecía como bebé Mary le daba pedacitos del postre con la cuchara. Hicieron sentir mil veces mejor a Amely, justo lo que querían. Siempre hacían cosas así con sus hijos cuando se sentían mal, no podían verlos tristes.

Era justo lo que necesitaba, a sus papás. El día siguiente Amely empezó el día con el pie derecho. Salió sonriendo y hasta los charcos de la lluvia del día anterior le parecían bonitos. Por estas mismas razones volvía a casa de sus papás todas sus vacaciones. En su camino a la universidad Oliver pasó con su auto y le tocó bocina para que se subiera. Se ofreció a llevarla y ella felizmente asintió.

"Sabía que ibas a estar caminando por aquí luego de que tu auto tuvo problemas. Ten." Le dijo él nada más se subió ofreciéndole una bolsa. "Te compré desayuno y café."

Amely rápidamente sacó la caja dentro de la bolsa y la abrió con demasiada hambre, estaba tan feliz que aún desayunando en la casa no se le fue el hambre. "¡Waffles!" Chilló feliz para aplaudir en corto con una gran sonrisa.

"Buen provecho." Le guiñó Oli comenzó a conducir en dirección a la universidad.

"Gracias." Sonrió la castaña para darle un beso en la mejilla haciéndolo sonreír.

Una gran familia y un gran novio, ¿qué más podría pedir? Nada. Ya lo tenía todo.


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ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora