Alexis conoció a Marilyn en la escuela cuando eran niños. Ella y su familia viajaron a México hace muchos años por cosas de sus padres y el trabajo.
Ese fue el mejor año en la vida de ambos.
En el presente tienen una hermosa familia llena de amor...
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El día que la pequeña Alexa entró corriendo a la casa mientras lloraba fue el mismo día que descubrió que su primer novio le era infiel. Por eso terminó con él pero igual le dolió mucho. Tuvo que haberle hecho caso a su papá cuando le decía que tuviera cuidado con chicos como él. Solo llevaban un mes y era una relación secreta pero eso no hacía que fuera menos dolorosa.
"¿Cuántas veces te dije que no te fueras detrás de ese cabrón?" Le regañaba Alexis con los brazos cruzados.
"¡Yo no creí que él fuera así!" Lloraba Alexa aún más en los brazos de su madre al escuchar el regaño.
"Alexis, tu hija acaba de tener su primera decepción amorosa,¿no puedes ser más dulce con ella?" Le regañaba de regreso la dulce mujer castaña. "Ya, no llores, calabacita. No vale la pena llorar por un hombre." Le dijo a su hija acariciando su cabello con suavidad. "Y menos si es por el baboso de tu padre." Añadió mirando mal a su esposo.
El pelinegro se quedó frío un segundo al pensar que era cierto. Estaba siendo demasiado duro con ella.
Thiago vió como su hermanita lloraba desde la sala jugando con su celular. Él y Amely no eran los más unidos pero era una historia totalmente diferente con Alexa. Era su hermanita menor y debía cuidarla, siempre fue así. Por eso, cuando aquel chico se bajó de su auto frente a la casa de los Maldonado días después el primero en bajar las escaleras fue Thiago.
"¿Quien está a la puerta?" Preguntó la madre del chico desde la puerta del jardín.
"No es nadie, ma." Dijo el chico pelinegro antes de abrir la puerta. "Yo me encargo." Salió de la casa para mirar cara a cara a aquel tipo que más razones no le podía dar para estar enojado.
"¿Está Alexa? Necesito hablar con ella." Dijo el chico. "Soy Ángel. El novio de—"
"Sé quien eres." Respondió Thiago sin cambiar su expresión molesta. "Ella no está. Vete."
Justo en ese momento salió la pelinegra asomando sus ojos por la puerta. "¿Ángel?" Murmuró al verle. "¿Qué haces aquí?"
"Alexa, necesito hablar contigo." Dijo el chico rubio insistiendo al verla.