ʟᴏᴠᴇʟʏ ʟᴏᴠᴇ! [Quackity x Female!Oc]

54|Paz

Unas horas habían pasado. Sus mejillas estaban húmedas y sus ojos hinchados. No importaba cuanto llorara, no dejaba de hacerlo. Sentía muy profundo en su pecho que era un pésimo padre. Sentía que fue su culpa traer a sus bebés a este mundo solo para que sufrieran.

Ella negó lentamente. "Pero están sufriendo..¿De qué sirve estar vivos si vas a estar sufriendo cada segundo?" La pregunta dejó a el chico sin palabras.

Recordaba esas palabras de su esposa. Su niña Alexa estuvo sufriendo los primeros meses de vida por su culpa, porque él fue el que se descuidó y dejó a su esposa embarazada. Por eso mismo había hecho que ella sufriera y que sus bebés sufrieran. Alexa casi no vivió y Adam murió. Casi lo mismo pasaba con Thiago. El pequeño pelinegro estaba todo el tiempo yendo al hospital por problemas de salud que causó ser prematuro y lo poco desarrollado que estuvo por que el vientre de su madre era muy débil para tenerlo.

La única que nació saludable y sana era Amely, la única que sí fue planeada por ambos y no por el descuido ignorante e inmaduro de su padre.

Los otros cuatro bebés sufrían por su culpa. Amelie fue porque él se confió demasiado y no usó protección. El embarazo donde tuvieron a Thiago fue causa de las lujurias repentinas que tenía Alexis donde no se preocupaba ni un poco en protección. Y sus gemelos fue casi lo mismo...sólo que esta vez simplemente ignoró el hecho de que podía dejar embarazada a su esposa.

Y ya no era solo en cuestión de salud. Estaba hiriendo los sentimientos de su hijo con sus acciones.

Sí, era un pésimo padre. Ni siquiera podía mostrarles su amor a sus hijos.

O a su esposa.

La puso a ella y a su hija en segundo plano cuando tuvo que hacer su tesis para graduarse. Como si algo valiera más que su familia.

[...]

La puerta de la habitación se abrió. Alexis se encontraba sentado en su balcón sintiendo el frío de la noche pegarle en su húmedo rostro.

"Cielo.." la dulce voz de su esposa se escuchó luego de que abriera la puerta del balcón. Él no le respondió, se limitó a limpiar sus lágrimas una vez más y a esnifar inútilmente su nariz.