En deuda

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Poché.



—¿Estás segura de que te encuentras bien? —le pregunto una vez más a Daniela mientras permanecemos recostadas en la cama de su habitación.

Hace casi una hora que llegamos al apartamento de Ximena cargando con las cosas que había traído de su antigua casa. La maleta, el bolso y el porta traje descansan en una de las esquinas de la habitación.

Daniela esta de costado apoyada sobre mi hombro mientras su brazo rodea mi cintura, mi cuerpo boca arriba y mi vista fija en el techo mientras el brazo sobre el cual tiene su cabeza la rodea también. Ella se aprieta más a mí y yo ladeo un poco mi cabeza para dejar un beso sobre su cabeza. Desde que salimos de aquel lugar no ha pronunciado palabra alguna, simplemente se ha quedado sumida en sus pensamientos. Quisiera saber qué es exactamente lo que paso entre ella e Ivana dentro de esa casa para tenerla de esta manera. Pero por más que la duda me carcoma, no voy a presionarla a hablar, sé que cuando esté lista me dirá lo que necesite para desahogarse si es que así lo decide.

—Estoy bien Poché —responde finalmente con un tono que suena a melancolía pura —Solo... estoy cansada.

No insisto, simplemente la abrazo más fuerte y vuelvo a besar su cabeza, quiero que al menos de esa manera sepa que no voy a dejarla sola y que pase lo que pase siempre podrá contar conmigo.

—Hablar... o intentar hablar con Ivana fue demasiado estresante —dice finalmente después de haberlo pensado —Ella intentó envolverme de nuevo con sus frases hirientes y haciéndome sentir mal y aunque esta vez le hice frente, no puedo evitar que todo eso me duela y me afecte de alguna manera —me explica.

—Te entiendo Dani —digo mientras acaricio su hombro —Debió ser muy difícil para ti pasar por todo eso.

—Solo... solo quiero olvidarme de todo eso, de todo lo que viví... Quiero olvidarme de que Ivana alguna vez estuvo en mi vida... Quiero que todo el mal trago quede atrás.

—Lo vas a hacer Dani —comento convencida —Pero... creo que sería bueno que buscaras a alguien que sepa cómo ayudarte a lidiar con todos esos sentimientos que tienes —le digo —Sabes que cuentas con tu familia, con tus amigos y conmigo, pero a veces es bueno que alguien nos guíe para poder ver las cosas desde una perspectiva deferente.

—Tienes razón —dice luego de algunos segundos permanecer en silencio —Buscaré a alguien, pero por ahora solo quiero concentrarme en el Campeonato.

Siento cómo respira profundamente y me permito disfrutar de estos instantes de paz, solo espero que de verdad toda esta situación tan horrible que de atrás para que ella pueda sanar.

—Creo que ya es hora de irme a casa —digo luego de pasar otro rato en silencio. Daniela se separa un poco y se levanta apoyándose sobre su brazo flexionado y me mira —Te ves cansada —le comento mientras acaricio su mejilla con mi mano —y la verdad es que yo también lo estoy —confieso sonriendo un poco.

—Lo siento —me dice con un poco de pena —Te arrastré a todo esto y ya ni siquiera te llevé a recoger tu auto.

—Eso no importa Dani, sabes que no iba a dejarte hacer esto sola.

—Gracias —me dice mientras se inclina y deja un beso sobre mis labios —Si quieres te llevo —niego con mi cabeza —¿Cómo te vas a ir? —pregunta frunciendo el ceño.

—No te preocupes, ahora pido un taxi —respondo mientras saco el teléfono del bolsillo de mi pantalón.

—No Poché —dice de inmediato —Mejor, llévate mi auto —ríe cuando ve que entrecierro mis ojos —Así tengo la excusa perfecta para verte más temprano.

Un salto al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora