Perdiendo el control

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Poché.


Camino apresuradamente de regreso a los vestidores. Cuando creo que ya estoy lo suficientemente alejada como para que Daniela pueda verme me detengo y respiro profundamente un par de veces intentando controlar mis nervios.

—Ay Dios mío, ¿qué me está pasando? —me susurro a mí misma.

Inhalo profundamente una vez más y suelto el aire antes de caminar de manera más normal, aunque no lo quiera mi cabeza no deja de darle vueltas a lo que ha pasado. ¿En qué momento pasamos de acordar mantener una relación cordial a coquetearle de esa manera? Pero es que simplemente ella logra que esa parte de mí se desinhibe. El solo hecho de ver cómo sus mejillas se sonrojan por mis comentarios, cómo su cuerpo vibra ante mi cercanía haciendo que el mío le corresponda de igual manera. El recuerdo de sus ojos oscuros mientras miraba mi cuerpo me hace sentir...

—Será mejor que te controles María José —me digo cuando caigo en cuenta de adónde van mis pensamientos.

Sigo caminando hacia el lugar en el que están ubicados los vestidores, necesito urgentemente echarme agua en la cara, aunque me pregunto si habrá algún problema en que use la duche.

Mientras me decido en lo conveniente o no que sería hacer eso, me detengo de golpe cuando llama mi atención la persona que va saliendo en ese momento del lugar.

—Hola Poché, no esperaba verte por aquí —Ivana dirige su atención a mí. Aunque solo dura un segundo puedo darme perfectamente cuenta de que mi llegada la ha puesto nerviosa, sin embargo, se recompone de inmediato.

—¿Cómo estás Ivana? No sabía que estuvieras aquí —digo de manera seria tratando de no sonar grosera, no había visto a la rubia desde el incidente con la familia de Daniela, y aunque desde un principio no fue muy de mi agrado lo cierto es que su comportamiento no ha hecho sino aumentar el recelo que me hace sentir.

—No tan bien como tú —dice mientras desliza sus ojos por todo mi cuerpo haciéndome sentir mas molesta que incómoda —Debo de decir que esa opa te sienta muy bien —agrega con un tono que me deja muy en claro sus verdaderas intenciones —Y por cierto, estaba buscando a Daniela, pensé que podría estar por aquí.

Me enferma pensar que de alguien como Daniela tenga que estar y soportar a Ivana y sinceramente no termino de entender el motivo.

—Gracias Ivana —digo simplemente manteniendo mi mirada en ella sin dejar que note lo molesta que en verdad me resulta su manera de mirarme.

—Sabes Poché —la rubia se acerca a mí tomo un mechón de mi cabello entre sus dedos —Estaba pensando en que tal vez podríamos quedar para tomar algo uno de estos días después de que termines tú trabajo con Daniela —dice mirándome directo a los ojos con una sonrisa lasciva en su cara —Me gustaría saber más de ti, de tú trabajo, tal vez podríamos comentar algunos detalles —Ivana da un paso más cerca de mí, invadiendo mi espacio, sin embargo, no me muevo porque no pienso dejar que piense que de alguna manera puede tener algún poder para intimidarme —Conozco un buen lugar para que platiquemos en privado... —sigue hablando mientras vuelve a mirar mi cuerpo.

—Lo siento Ivana —corto su discurso y doy un paso atrás cuando considero que ha sido suficiente —pero los asuntos de trabajo, los trato en horas y en el lugar dónde trabajo —tomo mi cabelló haciendo que Ivana lo suelte y lo coloco por detrás de mi cabeza —y en cuanto a mí, la verdad es que no hay mucho que contar, mi vida es bastante aburrida así que prefiero mantenerla al margen.

Un salto al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora