Sentirlo

2K 85 24
                                        



Daniela.



Poco a poco empiezo a ser consiente de los murmullos a mi alrededor. Sus labios se van despegando de los míos con una lentitud tan marcada, es como si no quisieran apartarse de los míos y la verdad es que no quiero que lo haga.

Lo había pensado... Sí...

Lo había imaginado... Sí...

Era como lo esperaba... No...

Era mil veces mejor a todo lo que en mi cabeza pude haber creado.

Siento su aliento chocar contra la piel de mis labios, el olor a mente mezclado con el alcohol de la champaña que estaba bebiendo se cuela por mi nariz, sumiéndome en una atmósfera única y altamente embriagadora.

El agarre en mi cintura se va aflojando abriendo el espacio para poder alejarme, pero no quiero hacerlo, no quiero abandonar este calor que su cuerpo emana. Su mano se desliza desde mi nuca hacia mi mejilla, su rostro va alejándose. Siento cómo acaricia mis labios con su dedo, delineándolos, inconscientemente lo beso provocando un ligero estremecimiento en su cuerpo, mis manos aprietan su cintura, ni siquiera sé en qué momento me sostuve de ella y no me importa.

Abro mis ojos y me encuentro con los suyos, ella me mira expectante, esperando por cualquiera que sea mi reacción, pero no hago nada. Estoy tan sumida en este limbo en el que ella me ha dejado con el simple hecho de besarme. Y aunque no lo quiera, poco a poco me voy haciendo más consiente de lo que sucede. Me separo un poco y doy un vistazo rápido, todos me miran incluso ella... Siento su mirada a mi espalda, siento incluso el coraje que su cuerpo emana como si la tuviese justo detrás de mí a pesar de que sé que hay algunos metros de distancia.

Ese es el poder que Ivana siempre ha tenido sobre mí.

Me acerco a Poché rozando su mejilla con la mía.

-Sácame de aquí, por favor... -susurro en su oído antes de separarme y mirarla con súplica.

Ella no dice nada, simplemente jala de mí y comienza a caminar hacia la puerta sin hacer caso a los llamados de nadie. No sé si avanza rápido, si camina normal o si ha empezado a volar llevándome con ella. mi cerebro parece haberse desconectado del resto de mi cuerpo. La siento moverse, siento como sujeta mi mano con firmeza, pero cuidando de no hacerme daño. De pronto se detiene y escucho la puerta de un auto abrirse y mi cuerpo siendo acomodado en el asiento. La siento posare por encima de mí para ajustar el cinturón de seguridad y vuelve a cerrar la puerta, segundos después escucho que otra vuelve a abrirse y cerrarse.

-¿Dani? -escucho a lo lejos, mi vista está perdida en un punto fuera -¿Dani? -vuelve a llamarme y me obligo a voltear mi rostro para verla -¿Te llevo a casa? -me pregunta.

-No... -respondo luego de unos segundos, no quiero preocupar a Ximena y no tengo cabeza para explicarle lo que acaba de suceder -A casa no... Lejos... Por favor Poché... Llévame a dónde sea... Pero lejos...

No dice nada, pero tampoco aparta su mirada de la mía, es como si evaluara si de verdad me encuentro bien.

Finalmente se endereza en el asiento y enciende el auto saliendo del lugar. Mi vista vuelve a perderse en la negrura del camino, el silencio que se ha formado únicamente es interrumpido por el ruido del motor.

Mi cabeza va rememorando lo que ha sucedido esta noche. El encuentro con Ivana ha sido tan sorpresivo como mi actuar. La abofeteé enfrente de todo el mundo, por primera vez le he hecho frente delante de otras personas, pero por extraño que parezca, siento una pequeña espina de arrepentimiento y culpa clavada. Esa parte de mí que se dedica a atormentarme a cada momento en el que me siento capaz de dejar las cosas atrás, golpea mi conciencia una y otra vez. Pero ahora hay algo diferente, porque a esa voz, un recuerdo ha llegado a hacerle frente como si fuese un escudo, un recuerdo protagonizado por la mujer que conduce a mi lado y que se está adueñando de mí, rezagando esa voz a pesar de sus intentos por salir.

Un salto al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora