006.

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Martin tragó saliva de forma dificultosa mientras se sentaba junto a Juanjo en la mesa redonda. Dejó sus cuadernos y la calculadora encima de esta, y abrió su estuche para sacar un boli. Se arrepintió en ese momento de no llevar un simple boli bic normal, pues todos sus bolígrafos eran de colores pasteles y de purpurina. A Martin le gustaba tomar apuntes mezclando distintos colores para que quedasen muy visuales y llamativos, ya que así se motivaba más para estudiar.

Juanjo enarcó una ceja cuando vio que el menor se dedicaba a poner la fecha de aquel día en la parte superior de su cuaderno con un boli morado de purpurina. No obstante, si tenía que opinar algo, se lo guardó para sí mismo.

-Podrías haberte cambiado el uniforme y haberte puesto algo más cómodo ¿no?- rompió el hielo Juanjo.

-No me daba tiempo. Tenía un acosador mandándome mensajitos pidiéndome que me diera prisa.

Las mejillas de Juanjo se enrojecieron. Era muy adorable cuando le pasaba eso.

-No soy ningún acosador- masculló Juanjo entre dientes, claramente molesto.

-Claro, profe ¿y cómo has conseguido mi número?

-Lo primero, no me llames profe, que me da grima. Y lo segundo, soborné a Kiki para que me lo pasara. Era necesario por si ocurría cualquier percance y no podíamos quedar finalmente- Juanjo se tiró del cuello de su camiseta, como si esta le estuviese apretando de más. Se veía inconfundiblemente nervioso e incómodo, como si le hubieran pillado haciendo algo malo.

Martin soltó una pequeña risita. Como le gustaba picar a Juanjo, sus reacciones eran de lo más graciosas. No obstante, lo que no le parecía para nada gracioso a Martin era como debería lucir su aspecto en ese momento. Era cierto que llevaba el uniforme del trabajo aún, y con las prisas no se había parado ni a mirarse al espejo. Llevaba puesta la gorra con el logotipo del Mc Donalds, que lo más seguro fuera que estuviese aplastando todos sus pelos de una forma muy poco atractiva. Y por no hablar de que olería a patatas fritas y a filete de hamburguesa. Genial para conquistar al chico que tenía delante.

-Martin... ¿me estás escuchando?- le llamó la atención Juanjo. No, no le había escuchado, había estado muy ocupado divagando sobre como de atractivo le encontraría Juanjo en ese momento. Además, el cansancio junto con el hambre estaba haciendo mella en él. Ni si quiera había cenado, pero eso no tendría por qué saberlo el más mayor.

-Ay no, perdona. Dime- esta vez fue el turno de las mejillas de Martin para enrojecerse. Qué vergüenza.

-Te estaba diciendo que lo mejor sería que empezáramos con un poco de teoría antes de pasar a la práctica. Es importante que te queden claros los conceptos claves del temario, y que puedas entender cada fórmula que repasemos. No sé si lo sabías, pero la fase I está centrada en el temario del campo magnético- explicó Juanjo mientras abría su libro de texto. Martin hizo lo mismo, pero con menos ganas que el más mayor.

-¿Y no podemos pasar directamente a la práctica? ¿Tan importante es conocer la teoría antes?- se desesperó un poco Martin. Parecía que iba a ser una noche muy larga.

-No, Martin. Cuando empecemos un tema nuevo, siempre lo vamos a hacer recordando la teoría. Es una parte fundamental para que luego puedas resolver bien los problemas- Martin se dio cuenta de que Juanjo se estaba conteniendo visiblemente para no perder la paciencia muy rápido.-Bien, ¿te acuerdas de cuál es la ley más importante de este tema, y qué es lo que trata de explicar?

-Mmmm, la verdad es que no- Dios, menuda vergüenza. Debía estar quedando como un idiota delante de su crush.

Juanjo inspiró hondo y se armó de paciencia.

Desafiando a las leyes de la físicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora