032.

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Tras escuchar aquella petición por la boca de Iván, Juanjo soltó una carcajada limpia para sorpresa de todos.

-¿Que le rompa el corazón a Martin? Creo que te estás confundiendo.

Iván frunció el ceño, como si no se esperase aquella reacción tan peculiar por parte del maño.

-No hay ninguna confusión aquí. Creo que he sido muy claro.

-Espera, espera, ósea, ¿tú de verdad piensas que Martin está enamorado de mí y que le podría romper el corazón? Estás muy equivocado, siento arruinarte los esquemas de tu maquiavélico plan.

Esta vez fue el turno de Iván de reírse.

-¿Me estás diciendo que estás seguro de que Martin no está enamorado de ti? Juanjo, no me puedo creer que seas el mejor de tu clase. Para unas cosas tan avispado y para otras tan ciego...

Juanjo frunció el ceño. Aquella conversación le estaba empezando a cansar. Iván no tenía ni idea de cómo era su relación con Martin. El chico había dejado bien claro en Andorra sus intereses, quería algo sin compromiso para pasarlo bien y disfrutar y ya está.

Desde luego, si alguien aquí podía romper un corazón era Martin y dicho corazón era el suyo. Cuando Juanjo había aceptado aquel pacto en Andorra, jamás hubiese pensado que sus sentimientos se desbordarían de una manera que no fuese capaz de controlarlos.

Y justo eso le había pasado. Se había pillado muchísimo de Martin.

No, no estaba pillado. Estaba enamorado de él. Y estaba más que seguro de que Martin no le correspondería. No obstante, la seguridad con la que le estaba hablando Iván estaba haciendo que nuevas dudas crecieran acerca de los sentimientos de Martin hacia él.

-No tienes ni idea de la relación que tengo con Martin. Cállate la boca de una puta vez.

Iván tamborileó sus finos dedos sobre la cerámica del lavabo, haciendo un ruidito que a Juanjo le comenzó a poner muy nervioso.

-Tienes razón. No sé cómo es tu relación con Martin, pero te olvidas de que le conozco perfectamente. Él creció conmigo, los años claves de la adolescencia los pasó babeando por mí y luego estando conmigo. Sé perfectamente leerle, y, temo decirte que está hasta las trancas por ti. Pero no sé por qué pones esa cara tan larga, son buenas noticias para ti, ¿no? Teniendo en cuenta que tú también estás pilladísimo de él...

Juanjo tragó saliva. Joder, ¿tan evidente había sido para que Iván se hubiese dado cuenta de que estaba enamorado de Martin?

-Pero vamos, que si no me crees te animo a que lo compruebes tú mismo- siguió hablando Iván.-Puedes cotillear su diario, ahí tendrás las respuestas de todo. Cuando era más pequeño él ya solía escribir todo lo que sentía y pensaba en aquel puto diario rosa de purpurina, no me extrañaría que encontrases tu nombre y el suyo rodeado de corazoncitos.

Juanjo sintió un escalofrío.

-¿Estás dándome a entender que has leído el diario de Martin sin su permiso?- dijo apretando los puños de nuevo.

Iván hizo un gesto con la mano, como si le estuviera quitando importancia al asunto.

-Que va. Son suposiciones. Pero como te he dicho antes, conozco a Martin como a la palma de mi mano. Si tienes la curiosidad de saber si el chico está enamorado de ti, ahí tendrás la respuesta.

Juanjo sintió la imperiosa necesidad de salir de aquel estrecho baño. Quería hacer como si no hubiera escuchado a Iván. Solo quería regresar con Martin y volver juntos a su habitación y comerle a besos durante toda la noche.

Desafiando a las leyes de la físicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora