–¿Me puedes explicar qué es esto, Juanjo?
El chico tragó saliva nerviosamente mientras miraba el papel que le tendía su padre. Tan solo eran las doce de la mañana y el día ya se estaba torciendo. Su padre le había llamado para que estuviese a esa hora en su despacho, ya que quería hablar de un tema urgente con él. Juanjo intuía la razón por la que le había convocado allí y seguramente no fuera otra que el puto castigo que les habría impuesto el rector por pelearse en clase.
Juanjo cogió aquel papel con las manos temblorosas y comenzó a leer en silencio la letra impresa en él.
"Estimado Señor Bona:
Me dirijo a usted por medio de esta carta informal, ya que no he podido contactar con su hijo, Juan José Bona, de ninguna otra manera. No son buenas las noticias por las que me remito a usted, puesto que debo notificar a su hijo de las consecuencias que tuvieron sus actos cometidos el pasado 10/10/2023 en el aula de ingeniería térmica II. Según me ha hecho llegar el profesor que imparte dicha asignatura, su hijo, junto con un alumno de primero de Ingeniería Naval, se peleó con otro alumno de tercero de esa misma carrera. Los tres chicos fueron mandados a mi despacho inmediatamente tras haber cometido dicha disputa, no obstante, no se presentaron ninguno de los tres, lo cual me entristeció notablemente, ya que me he visto obligado a aumentar la severidad del castigo. Me gustaría que le llegara saber a su hijo que deberá de presentarse junto con sus dos compañeros en la facultad de artes para limpiar el aula de música desde la semana que viene hasta que terminen dicha tarea. Confío plenamente que, tras realizar este servicio comunitario a la universidad, los tres chicos recapaciten sobre sus actos y que comprendan que la violencia no es el camino que enseñamos en nuestra universidad.
Reciba un cordial saludo".
Puto rector. Juanjo ya se olía que estaba tardando mucho en recibir el castigo de lo que había pasado en clase hacía un par de semanas. Lo peor era que Martin se había visto salpicado también, por, literalmente, no haber hecho nada, solo haber intentado separar a Juanjo y a Iván. Y ahora, Martin y Juanjo tendrían que estar compartiendo tardes enteras con Iván en la puta aula de música ordenando y limpiando lo que los alumnos dejaban patas arriba. Era totalmente injusto y se iba a hacer insoportable tener que aguantar al gilipollas de Iván hasta también por las tardes. Pensar en él hacía que se le erizasen los pelos de la nuca por el rechazo que le generaba.
–¿Y bien? ¿Tienes algo qué decir?– le sacó de sus pensamientos su padre, quien le miraba por encima de sus gafas enarcando una ceja.
Juanjo se encogió de hombros, pareciendo despreocupado, aunque la realidad era que quería liarse a hostias con la pared, o, mejor dicho, con Iván.
–Qué ya te avisé de que esto iba a pasar. Sí, me peleé con el chico que te dije que estaba molestando a mi amigo, pero ni si quiera llegamos a las manos, solo nos insultamos y nos dimos algún que otro empujón. No pasó nada más tampoco.
–¿Y qué? ¿Te sientes orgulloso de ello, Juanjo? ¿Desde cuándo te metes en peleas? ¿Y ese pasotismo? ¿No te das cuenta de qué esto puede perjudicar a tu expediente académico?
Joder. Ya estaba otra vez con lo mismo. Cómo no, a su padre solo le importaba que su expediente estuviese reluciente e impecable.
–Papá, tú no estuviste en esa pelea. No sabes lo que realmente pasó. Solo defendí a Martin de ese gilipollas y volvería a hacerlo todas las veces que fuesen necesarias, ya que parece que nadie va a tomar cartas sobre este asunto. Es de puta vergüenza que la universidad vaya con el rollito de "paz y amor" y que ante un caso claro de acoso todo el mundo se dé la vuelta y haga como que no ha visto nada. ¿Qué opinas de eso, papá?– Juanjo no pudo evitar calentarse con ese asunto. Ya llevaba demasiado a sus espaldas para seguir callado.
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Desafiando a las leyes de la física
FanfictionMartin ha sido siempre un chico tranquilo y tímido, apasionado de la danza y de los videojuegos. Cuando llega a Madrid para estudiar ingeniería naval, una carrera que no le entusiasma para nada, jamás se hubiera imaginado que acabaría liado en una f...