Juanjo había perdido la cuenta de los días que llevaba en Madrid sin Martin. Estaba seguro de que, por lo menos, habían tenido que pasar entre 5 a 7 días, pero el tiempo se había distorsionado desde su vuelta de Andorra.
Haber dejado a Martin solo en el hospital le había resultado más duro de lo que parecía. Durante esos días, la sombra de los sucesos que ocurrieron el último día en Andorra le seguían persiguiendo sin descanso. No podía quitarse la imagen mental de Martin postrado en la cama de un hospital debido a la paliza que le había dado David. Seguramente, jamás se pudiese olvidar de aquello, pasasen meses o años, porque él no olvidaba y mucho menos perdonaba.
Ignoraba cuántos días había sido expulsado David de la universidad, pero, desde luego, no encontrárselo en cada clase había sido un lujo para él aquella semana. No sabía si se podría contener en pegarle una hostia la próxima vez que tuviera la desgracia de coincidir con él. Se había cansado de ser el niño bueno, el que llega a amenazar, pero poco muerde luego. Ese Juanjo había muerto en el momento en el que Martin tuvo que pasar una noche entera en el hospital. Para su desgracia, sí que se había encontrado a Iván en todas sus clases. El exnovio de Martin había sido lo suficientemente listo como para ver que no le convenía tensar más aquella situación, ahora que parecía que los profesores estaban más alertas tras lo sucedido, por lo que el chico siempre se había mantenido a una prudente distancia de Juanjo en cada clase. No obstante, el maño no había podido contenerse y, cada vez que había tenido la oportunidad, había terminado fulminando con la mirada a Iván. Sabía que él no había sido responsable del ataque a Martin, pero estaba seguro de que sí que lo había sido de forma indirecta. Tal vez Iván le podía colar a su profesor aquel papel de niño inocente que no sabía nada sobre lo que planeaba hacer David con Martin, pero él a esas alturas de la película ya no se tragaba ninguna. Tenía más que calado a los dos chicos.
Cuando Juanjo salió de su última clase de aquella mañana de viernes, decidió enviarle un mensaje a Martin para ver qué tal estaba. Desde que se habían separado hacían todas las noches videollamadas y se pasaban gran parte del día escribiéndose mensajes.
Juanjo (13:05):
martiiiiin que tal has dormido?
Se le había pegado hasta la manera de escribir de Martin. Adiós a las mayúsculas y a los acentos.
Su móvil sonó casi inmediatamente tras recibir una respuesta a su anterior mensaje.
Martin física (13:06h):
holi
Martin física (13:06h):
bueno regular
Juanjo (13:06h):
y eso nene????
Desde que Martin había sufrido aquella agresión, Juanjo le había notado mucho más reacio a hablar. Sus mensajes eran más escuetos y sentía que le tenía que sonsacar lo que le sucedía, lo cual estaba llevando de cabeza a Juanjo. No estaba siendo nada fácil para él ver tan mal a Martin y estar a tantos kilómetros de distancia. Esas veces no podía consolarlo dándole un buen abrazo o un beso en su mejilla, sino que se las tenía que apañar de otra manera, lo cual le estaba costando a Juanjo, ya que él era más de contacto físico que de palabras.
Martin física (13:07h):
es que hoy tambien he tenido una pesadilla :(
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Desafiando a las leyes de la física
FanfictionMartin ha sido siempre un chico tranquilo y tímido, apasionado de la danza y de los videojuegos. Cuando llega a Madrid para estudiar ingeniería naval, una carrera que no le entusiasma para nada, jamás se hubiera imaginado que acabaría liado en una f...