Capítulo VIII

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Mientras desayunamos, Leo me intenta explicar cómo jugar al truco mientras Armani se ríe mientras toma su café. Mientras tanto, suena "Reinas de Pueblo Grande" de Garré. Una vez que termina, mientras sigo sin entender la lógica del juego de cartas, suena "Mariposa Tecknicolor" de Fito Páez. Armani y yo nos miramos y comenzamos a cantar el clásico del rock nacional mientras Leo nos mira consternado. No puede creer que hayamos dejado de pensar en el juego por una canción. Mientras utilizamos mientras cucharas de micrófonos, llegan papá y el tío, quien se suma a nuestro coro de voces angelicales. Al finalizar, comienza "Cruzando el río" de Goldín, pero antes de que pueda comenzar a cantar, veo que en la puerta están mis dos amigos con sus valijas, y acompañados por Alexis. Pido permiso y corro a abrazarlos. Los tres no podemos evitar saltar de la alegría ni parar de decirnos "hola".

– ¡Che!, ¿qué bicho te picó? –le pregunto de repente a Julián.

– ¿Por? –dice sin entender nada.

– Te llamé hace una semana y nunca me devolviste la llamada.

– ¿Me llamaste?

– ¿No te dijo Emilia?

– Em... no. –dice rascándose la nuca. Esto lo hace cada vez que está nervioso. No logro identificar por qué lo está: sí porque sí le dijo y él se olvidó, o si ella nunca le dijo.

– ¿Por qué te enojaste conmigo? –pregunta de repente Enzo.

– No me enojé, culiao. –dice Julián mientras exhala.

– ¿Y por qué dejaste de responderme los memes?

– Porque ahora se hace el british. –digo en forma de chiste.

– ¿Viste?, pensé que a mí solo me pasaba. –dice Enzo continuando mi joda.

– Y más ahora que se junta con Foden... –digo, a lo que los dos empezamos a reír.– ¡Nos cambió por Foden! Ahora tendremos que ser "El menso y la pre-licenciada" –agrego mirando a papá, al tío, Walter, Leo y Armani, quienes no entienden lo que pasa.

– Me cambió por Foden... –dice Enzo riéndose lentamente.

– Si me decís que nos cambió por Harry Styles o Louis Tomlinson, buenísimo. Traeme un autógrafo. Pero, ¡dale, hermano! –agrego. A estas alturas somos Enzo y yo riéndonos mientras Julián no sigue con una sonrisa en su cara. Sé que extrañó esta dinámica.

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Durante el resto de la mañana, más hombres me intentan explicar la lógica del truco mientras Armani, el Cuti, Gonzalo, Nahuel, Julián y Enzo se ríen de estos frustrados intentos.

– Dejen que le enseñe yo y así aprende en dos segundos. –dice una voz un tanto grave a mis espaldas; voz tan conocida por todos los presentes.

– Te juro que si te sentas a explicarme, me levanto y me voy porque no te fumo. –digo dejando mis tres cartas sobre la mesa y girándome para verlo a él, a mi "enemigo": Emiliano.

– Hola, bonita. –saluda con una sonrisa.

– Hola, idiota –le digo dando mi sonrisa más falsa. –. Ahora sí, muchachos, me retiro porque casi es hora de almorzar y no se puede aparecer frente Antonia así, hay que bañarse... –digo a mis compañeros de mesa. – y a ustedes les recomiendo lo mismo porque tienen olor a vuelo. –agrego tapándome la nariz y riendo.

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Posteriormente me encuentro en la mesa acompañado por un grupo de la selección salido de las inferiores de River. Conversamos sobre sus presentes en Europa y me preguntan cómo se ve acá el presente de River. Intento ser lo más objetiva y amena posible, principalmente porque el arquero de mi equipo es uno de los convocados en esta selección, pero las grandes críticas no son para él, que no tiene injerencia es estas cuestiones, sino para el director técnico.

Labyrinth | Emiliano MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora