Capítulo XII

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Le pido el auto a papá a eso de las 7:30. Él está desayunando con sus compañeros. Cuando hago el pedido, más de un jugador levanta su mirada consternado.

– Chicos, hoy es el balotaje. Hay que hacer patria. –digo levantando los hombros.

Papá me da las llaves y salgo. Camino hasta el auto y entro, me pongo el cinturón y arranco marcha atrás.

– ¡Hey! –escucho que me dicen mientras me golpean el baúl del auto.

– ¿Se tiene que hacer costumbre que pases por atrás? –digo bajando la ventanilla.

– ¿A dónde va la princesa tan temprano? –ay... volvimos al tono burlón.

– A votar. Hay que hacer patria hoy. –le digo continuando con la marcha atrás.

– ¡Votá bien! –me grita mientras estoy saliendo. Solo puedo reír.


Para el viaje a casa elijo poner el disco Harry Styles, entonces ingreso a la autopista Riccheri escachando "Meet me in the hallway". A lo largo del trayecto escucho el disco en orden. A medida que este avanza, y a pesar de escuchar "Sweet creature", no puedo evitar pensar en la estupidez del trato que hicimos con Emiliano hace unos días... y que a continuación me ignore por completo. Cabe destacar que esto es así porque, cada vez que lo veo, está entrenando. Parece que se tomó realmente en serio lo que le dije de dar su mejor versión en la cancha el martes.

Aprovecho que llego a casa para lavar ropa. No es que allá no tengamos a Omar y a Luisa, los encargados de la limpieza de ropa y blanquería, lo que pasa es que desde que me mudé sola, me molesta que otra persona me lave la ropa. Apenas ingreso al departamento, abro mi valija y saco la ropa sucia y la pongo en el lavarropas. Voy a mi habitación a buscar el material teórico de "Composición y Arreglos I" y lo guardo en la valija. Al ver que ya tengo todo lo necesario (salvo por la ropa) tomo mis documentos y mi libro de Camila Fulga es algo a la escuela a ejercer mi derecho al voto.

Una vez que llego a la escuela, veo que en mi mesa hay solo dos señoras por delante de mí pero de igual manera saco mi libro y continúo leyendo cómo se despedaza la relación entre la periodista y el príncipe de Zaragoza. Tras diez minutos, entro al cuarto oscuro, tomo la boleta de mi candidato electo, la pongo en el sobre cuidadosamente, salgo, pongo el sobre en la urna, firmo y voy a casa. Fue la votación más rápida que ejercí en mi vida. Esto es así porque estuve semanas y semanas pensando cuál es la mejor opción para el país.

Llego al departamento y miro la hora: son las 9:35. Miro cuánto queda para que se termine de lavar la ropa: faltan dos minutos, por lo que comienzo a preparar el secarropas para, apenas termine el lavarropas, lo pongo. Una vez que suena el lavarropas, lo abro y pongo la ropa en el secarropas. Ahora queda esperar treinta minutos. En ese tiempo decido comenzar a ver una película que me fue altamente recomendada (más allá de que es protagonizada por Jennifer Lawrence): "Hazme el favor". A medida que avanza la trama, suena el secarropas, por lo que decido doblar la ropa y guardarla en mi valija mientras continuó mirando el film.

Una vez que esta termina, le escribo a papá haciéndole saber que en menos de una hora estoy por allí. Esta vez, al subir al auto, prefiero escuchar uno de mis discos predilectos: "Heartbreak Weather" de Niall Horan.

Al llegar al predio, presento mi documento al hombre de seguridad, una vez que me ve en la lista, entro y guardo el auto en el mismo lugar de siempre. Voy hasta mi habitación a dejar las cosas y a agarrar solamente las cosas de estudio, para ir al comedor y estudiar el concepto teórico de armonía y todo lo que la rodea. Al llegar, me pongo mis auriculares con música de Bach y comienzo a leer sobre los elementos clave en la formación de un arreglo. Subrayo, resalto, armo tarjetas. Todo lo necesario del marco teórico.

Termino justo a tiempo para el almuerzo, por lo que saco mis cosas de la mesa y las coloco en el piso cuando comienza a poblarse la mesa con mis amigos. Esta vez, Antonia cocinó tarta espinaca con mucho queso. Creo que en lugar de contratar a Luana, la nutricionista, la contrataré a Antonia por las exquisiteces que cocina. A medida que van llegando, comenzamos a conversar sobre diversidad de temas, evitando hablar del hecho que revoluciona al país el día de hoy.

Completado el almuerzo, decido ir a dormir la siesta ya que madrugué en un día libre mío. Al llegar, me encuentro con una carta que tiene la misma letra de la última:

"Espero que hayas tenido una linda mañana. Como no te vi desayunar, acá te dejo algo que podría pasar como desayuno o postre."

Y me doy cuenta que, al lado de donde estaba la carta, hay un postrecito Serenito con confites de chocolate. Lo agarro y lo guardo en la pequeña heladera que tengo en este cuarto. Acto seguido, me pongo mi camisón rosa y me acuesto; pero al hacerlo no puedo no pensar en la noche de la fiesta, en que se quedó a ver cómo pasaba la noche porque, es verdad, fue la primera vez que tomé tanto.

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Termino de merendar y agarro mi computadora y mis auriculares; me los pongo y abro el programa de producción musical para comenzar a pasar allí lo armado en la última clase de "Composición y Arreglos II", material que utilizaré para rendir la primera mitad de la materia. Para este final debemos presentar dos "redenciones" de canciones populares. Una de las que haré es "Se dice de mí" de Tita Merello, y la otra es "hate u, love u" de Olivia O'Brien. Una vez que he pasado el tango, tomo uno de mis cuadernos pentagramados, un lápiz con punta, mi celular y auriculares y salgo al predio. Cuando llego a la zona de las canchas, me siento donde siempre y me pongo a trabajar con la canción en inglés. Primero decido qué hacer con la letra: buscaré separar las voces originales para mantenerlas en mi versión. Tomo la percusión y decido modificar el instrumento, ya que en la versión original son placas de sonido, ahora serán tambores, timbales y platillos. Por otro lado, debo componer un arreglo de piano para acompañar la voz principal, ya que el piano en la versión original es muy simple para la necesidad de la cátedra. Aprovecho la simpleza del acompañamiento original de piano para traducirlo a clarinete, trompa y flauta; y aprovecho lo nuevo armado en el piano para que sea el punto de partida del cuarteto de cuerdas.

Una vez encaminada con la tarea, levanto la vista. Y lo veo. Y la canción me duele. Y duele cada vez más. Cierro todo y voy a mi habitación. Llego y tomo la nota que encontré temprano. Salgo a buscar a alguien que me ayude. Cuando cruzo el arco que conecta las habitaciones con el SUM, veo a Juli que viene solo desde la zona de los baños.

– ¡Juli! –grito y corro hacia él.

– Mica. ¿Qué pasó? –me dice con cara de preocupación a causa de lo repentina que fue mi reacción.

– ¿Sabés quién escribió esto? –le pregunto mostrándole la carta.

– Sí. –me dice al instante de tomarla y leerla.

– ¿Quién es?

– Eso lo tenés que descubrir solita. –me dice devolviéndome la carta y dándome un golpe en el hombro, para enseguida irse.

Esta actitud me ha dejado completamente anonadada. Julián no es así, él me diría las cosas de frente. Por ello, intuyo que está siendo cómplice en esta situación.

Labyrinth | Emiliano MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora