Capítulo X

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A pesar del resultado obtenido en el partido, con los goles de Araújo y de Núñez, salimos. En la recepción del edificio principal del predio, me esperan mis amigos para subir a la camioneta que nos llevará al hotel en el que se celebrará esta fiesta. Ambos están vestidos de manera muy similar ya que el concepto masculino es "elegante sport": Julián se hizo de un pantalón de vestir color negro, del mismo color que su saco (que lleva diciendo que quizás a la salida refresque), y una chomba y zapatillas color blanco; Enzo, por otro lado, ha elegido un pantalón de color azul oscuro que combina con sus zapatillas del mismo color y una camisa blanca. Yo, por mi parte, he elegido un vestido sin tirantes largo hasta la mitad del muslo y con una abertura hasta la cadera sobre mi pierna izquierda, color rojo con pequeñas florcitas en tonos de rosa y lo he combinado con unas zapatillas color blanco con detalles en fucsia.

Cuando me ven, me aplauden, a lo que me doy una vuelta como respuesta. Nos subimos a la camioneta que compartimos con Lautaro Martínez, Nico González y Lucas Ocampos. Durante todo el viaje los obligo a escuchar One Direction como parte de la previa, alegando que durante la velada deberé bailar "La morocha" de Luck Ra y BM más de cinco veces en la misma noche. Canciones como "Where Do Broken Hearts Go", "Stockholm Syndrome", "Temporary Fix" o "Alive" suenan en el auto de camino al hotel.

– Aleluya, llegamos. –dice Nico González siendo el ser más exagerado del planeta.

– Pensá que podría haber sido peor. Si encontraba Evermore de Taylor Swift, te pegabas un corchazo. –dice Julián ¿defendiéndome? Es algo que está entre la defensa y la ofensa, por ello me quedo tranquila como Suiza.


Al entrar al hotel, vamos directamente al sector VIP. En la puerta, una vez nos han pasado lista, te dan una pulsera de papel color rosa flúor que no solo señala que podés estar ahí, sino que te habilita a tener consumiciones libres. Una vez que entramos, vemos al resto de los jugadores presentes: Leandro, Di María, Otamendi, Nahu, Pablo Maffeo, el Cuti, Rodrigo, Gio, Alexis y Paulo. Vamos hacia ellos y, con Julián y Enzo, decidimos arrancar tranquilos: Juli pide un fernet, Enzo, un gancia, y yo arranco sin alcohol. Cuando el bartender escucha que pido un vaso de gaseosa cola, me mira consternado.

– ¡Dale, Micaela!, ¡no seas puritana! –grita Leandro desde uno de los sillones de este VIP.

– Quiero arrancar tranquila. Una vez que tenga líquido en el cuerpo, arranco con el alcohol. –le digo al bartender sonriendo para que deje de tener esa cara de incredulidad.

Cuando me da mi vaso, salgo a la pista con mis amigos. Comienza a sonar "Cariño" de La Banda de Lechuga. Con Julián nos pasamos malones bailando esta canción, por lo que nos miramos y comenzamos a cantar y bailar con una sonrisa como si nuestra vida dependiese de ello. Así continuamos con un par de temas más hasta que decidimos ir a buscar algo más para tomar. Ahora sí comienza la noche: me pido un gancia con limón, y Juli recarga su fernet con coca. Una vez que tenemos nuestras bebidas, volvemos con nuestro grupo mientras suena "Una calle nos separa" de Néstor En Bloque. Y todos en ronda cantamos mientras leves luces de colores iluminan la pista. Una vez que termina, comienza "La morocha", la canción del momento. Juli me agarra y comenzamos a bailar como bailábamos en los cumpleaños de quince cualquier otro cuarteto.

La noche avanza y seguimos bailando al son de cumbias y cuartetos. Cerca de las 3:00 me acerco a la barra acompañada por Juli y Enzo.

– Danos unas rondas de tequila –le digo cómo puedo al bartender–. Somos tres. No, pará –digo cuando veo a Alexis y a Nico González acercándose–. Somos cinco. ¡No! –agrego al ver que se acerca Lautaro– Seremos seis. Hace unas rondas para seis. –finalizo. El bartender se ríe y pone seis shots enfrente de nosotros.

Labyrinth | Emiliano MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora