Labyrinth | Emiliano Martínez

Capítulo XXVII

– I came as soon as I could – me despierto y solo escucho gritos. Gritos de una voz femenina–. I left my work space to come and to talk to you. And all of that, for what? For you to tell me that you want this, this between us, to end?

– Mandinha...

– "Mandinha", my ass. I –me cambio mi pijama y bajo descalza hasta el último peldaño de la escalera. Allí, me quedo sentada. No quiero causar más problemas de los que ya he causado– ... I thought you were way better than this. Better than all those men around there that tell you they love you. I thought that you were different, different from all those men. But, no. You're just like the rest of them. As soon as they see a young chick, they fall for her. Why is that you fell for her? For her butt, her tits, her money?

– I fell for her a long time ago –dice Emiliano en un tono de voz que ya le he escuchado varias veces. Está cansado de ciertos planteos... y sé perfectamente quién es la culpable de eso.

– And what? You were with me, not with her... You fell for her because her daddy gave you what you wanted, right?

– What? –dice completamente descolocado, como si el planteo le tomase por sorpresa.

– That place on the National team –dice obvia.

– No!

– Yes, it was because of it. You slept with her and then her father gave you the job.

– Mandi...

– No. Go there with her. I don't need this kind of bullshit in my life. Not right now that we are in the middle of a business' expansion. I don't need to waste energy on a man like you –dice mirándolo seriamente. Yo intento seguir escondida en mi lugar, pero me es imposible cuando cruza la arcada para llegar a la puerta–. And you... you better take care of him. He is a better man than anyone you could have in your hands. He's kind, but an idiot. He's gonna run behind some other girl once he's done with you.

– Enough! –escucho que grita– Get out, please.

– And here is the stupid ring –dice antes de tirarle el anillo de compromiso. Tiro que sale mal y cae sobre mi ojo–. Ouch. Sorry not sorry, girl –agrega antes de subirse a su auto y salir de aquí.

– ¿Estás bien? –pregunta Emiliano acercándose a mí.

– Sí, sí –digo aún teniendo mi mano cubriendo mi ojo.

– Vení. Te pongo agua en el ojo a ver si se deshincha un poco –dice agarrándome del brazo y llevándome hasta la cocina. Me saca la mano del ojo y pone la suya con un poco de agua en ella. El dolor se calma lentamente. Sonrío. Nunca antes alguien externo a mi círculo me había cuidado así–. ¿Pasó algo?

– ¿Por? –le pregunto cuando saca su mano para volver a cargar más agua fría en ella.

– La sonrisa repentina.

– Nunca nadie me había cuidado así –digo sosteniendo su mano en mi ojo.

– Si querés... puedo hacerlo todo el tiempo que quieras.

– Gracias –digo sacándole la mano y mirándolo a los ojos. Tiene unos profundos ojos marrones.

– De nada –me dice con una sonrisa.

Cómo extrañaba sus sonrisas. Esas que te da sin motivo alguno, solo para demostrar su felicidad y su paz interior. Me doy cuenta que son esas las sonrisas que me regaló tantas veces durante el año pasado. Claramente en cualquier momento me dan el premio a "Ciega del año" por no haber visto lo que tenía enfrente de mis ojos. Le sonrío de regreso. Subo a la habitación y me cambio la remera por la que tenía ayer, ya que ésta está mojada por el agua de recién.