Capítulo IX

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Llegan Julián y Enzo, luego del último entrenamiento previo al encuentro con Uruguay, a mi cuarto. Nos sentamos sobre mi cama con mate y masitas de por medio a conversar.

– ¿Ustedes ya arreglaron su problema? –pregunto a Julián devolviéndole el mate.

– Sí, el boludo creía que estaba enojado por un meme. –dice Julián cebando el mate y pasándoselo a Enzo.

– ¡Y si después de eso dejaste de hablarme! –dice a la defensa mientras agarra el mate.

– ¡Estaba ocupado en el club! Pep nos está dando con un caño– dice recibiendo el mate de nuestro amigo–. No estamos dando los resultados esperados, y Kevin no vuelve hasta finales de diciembre, así que hay que reconfigurar el equipo –agrega antes de tomar su mate–, entonces está probando diferentes tácticas. Y más porque en poco más de un mes tenemos el Mundial de Clubes. –agrega pasándome el mate.

– Entonces es solo que estabas ocupado. –dice Enzo buscando la confirmación de su amigo. Nunca vi una amistad tan fuerte entre dos personas. De mi amistad con Julián no voy a hablar porque soy partícipe de ella, pero ellos son más que amigos, son hermanos, son uno fuera y dentro de la cancha. Se entienden solo con una mirada, y eso me hace la hincha y amiga más feliz del mundo.


Cuando no tenemos más agua en el termo, salimos en busca de más. Antes de llegar a la cocina, vemos que Leandro, Rodrigo y Otamendi están en la sala de juegos.

– ¡Che!, ¡vengan a jugar un partido! –grita Leandro desde adentro.

– Vayan yendo, yo voy por el agua. –le digo a mis amigos, quienes entran rápidamente.

Voy a la cocina, cargo el agua y les dejo el termo para así ir a dar una vuelta por el camping.

Camino y camino por suelos que aún no están del todo secos por los frondosos árboles que lo cubren. Camino y camino hasta que recibo un mensaje escrito al WhatsApp de mi mamá. Me pone que mañana le desee buena suerte a Julián, y me manda un video de un grupo de niños de tres años que gritan "¡Buena suerte, Julián!, ¡Viva la selección!". Le respondo a mamá que mañana le mostraré todo a mi amigo en el momento en que sea necesario por sus nervios. Sigo caminando hasta que llego al alambrado que señala el fin del predio. Comienzo mi retorno. Al ver que estoy sola, pongo música sin auriculares; comienza "Fifteen" de Taylor Swift y la canto a todo pulmón. Desde la primera vez que la escuché, me encanta. Incluso entré a mi fiesta de quince con esta canción; y recuerdo que en el colegio habían fuertes rumores de que yo salía con Julián, así que por unos minutos todos creyeron que salíamos. Claramente, al momento del "feliz cumpleaños" agarré un micrófono y dije que no salía con él y que no lo haría ni aunque me pagaran.

– Así que ¿saliste con un futbolista? –me pregunta Emiliano. Acabo de llegar a la zona de las canchas. Él está sentado frente a la cancha principal tomando mate. Están junto a él las cosas de Armani, Musso y Benítez, aunque ellos no están. –Fueron a dar una vuelta, preguntaron si los chicos necesitaban ayuda con algo. ¿Querés un mate? –me pregunta repentinamente.

– ¿Por qué el cambio de humor? Hace unos días me decías mentirosa, por dos días no me dijiste ni "buen día", y ahora me ofrecés un mate. ¿Tenés fiebre y delirás o estás loco de remate? –digo aceptándole el mate. –Y no, nunca salí con un futbolista. ¿Por?

– Por la canción que dice "In your life you'll do things greater than dating the boy on the football team". Y por lo que estudié de inglés, quiere decir que salió con un futbolista; y por cómo cantabas, me dio a pensar que vos también. –dice antes de tomar su mate.

Labyrinth | Emiliano MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora