Plan: Seo Changbin [Changjeong]

IX

Paso mucho tiempo después de esa vez, exactamente una semana, una en dónde Jeongin estaba completamente solo, claro, sin contar al personal.

Changbin tenía que viajar a China, según le dijo, para arreglar un pendiente.

Aunque Jeongin ya sabía lo que haría, fingió demencia y no dijo nada.

Durante toda esta semana Jeongin estuvo pensando las cosas, sobre como se dejó tocar el cuerpo por Changbin.

―¡Perdí la cabeza! Eso es seguro ―se tapó la cara con sus manos, mientras se encontraba acostado boca abajo.

Necesitaba recapacitar lo que hizo, aunque sabía que en el fondo, no se arrepentía de nada.

Unos golpecitos se escucharon en la puerta, de un salto de levantó de la cama, se arregló la ropa y fue a abrir la puerta.

―Señor le traje su almuerzo, esta vez debe comerlo ―Jeongin acepto la bandeja, pero miraba con recelo la comida, en la última semana comió demasiado, y no quería engordar.

"¿Changbin me trataría igual si subo de peso?"

Sacudió su cabeza, eso no debía importar, era su cuerpo y Changbin no tenía que opinar sobre el.

Pero Jeongin tenía un pequeño temor, de que a Changbin no le gustará su cuerpo con unos kilos demás.

"No debo arruinar el plan"

Se dijo así mismo, aunque su cabeza no estaba de acuerdo con esa excusa.

Miró la comida por un largo tiempo, hasta que su estómago rugió, mordió su labio inferior viendo el tenedor, soltó un suspiro y comenzó a comer.

Cuando terminó de comer dejo la bandeja en la puerta, no tenía tantos ánimos para salir de su habitación, cuando en realidad debía aprovechar la oportunidad e investigar la casa de Changbin.

―Tengo seis meses ―se reconfortó, no había tanta prisa, porque al final de cuentas no le serviría de nada tener la información ahora.

Al menos así se escuda Jeongin, porque en el fondo tiene miedo de lo que puede pasar si descubre todo lo que oculta los Seo.

Miró su habitación, no tenía nada que hacer, la habitación estaba impecable, gracias a las empleadas todo se encontraba limpio.

Jeongin camino hasta su armario, hace días que quería revisar cada prenda que Changbin le puso ahí, pero la flojera terminaba ganando.

Abrió las puertas, mostrando muchas ropas de diferentes colores y tallas.

Aunque a Jeongin le llamo la atención las prendas que tenían envoltura, no se había dado cuenta hasta ese momento que esas prendas estaban ahí.

Quitó la envoltura a algunos, eran más que todo prendas casi transparentes o con material de seda, pero lo que más le gustó fue una blusa negra, los brazos eran de seda aunque no era pegada al cuerpo.

Quería saber cómo le quedaba, así que no sé quedaría con la duda, se sacó la camiseta que tenía y se puso la blusa.

Fue a mirarse al espejo del armario, viendo que la prenda marcaba su cintura y sus clavículas.

"Poco más y parezco una mujer"

Se burló de si mismo, porque si, el aburrimiento le ganaba.

Vio detalladamente su cuerpo, su pantalón negro se ajustaba a su cintura, haciendo que está se vea más pequeña de lo que es.

―Con razón algunos aprehendidos me decían cosas ―habló solo ―¡Son unos pervertidos!

De pronto la puerta se abrió, mostrando a Changbin, que tenía una...

¡Pistola!

―¿Quienes son los pervertidos? ―preguntó enojado, viendo a todos lados con el ceño fruncido ―¿Había alguien aquí?

―No, no había nadie ―era sorprendente que Jeongin hablara sin tartamudear cuando sus piernas temblaban, estaba desarmado y no podría defenderse.

―¿Entonces por qué dijiste "pervertidos"?

Jeongin trago saliva, sin dejar de mirar la pistola.

―Es que... ¡Me da vergüenza decirlo! ―Se tapó el rostro con sus manos, lo que dió una buena vista de aquella prenda amoldada a su cintura.

Changbin se acercó a él, se acercó a su oído y susurró.

―Después de lo que hicimos no deberías tener vergüenza.

Jeongin se ruborizó, su cuerpo tembló ante el recuerdo de esa vez.

Quitó sus manos y le dió un ligero golpe en el pecho de Changbin.

―Eso es diferente, no compares esa vez con esto.

―Está bien ―se sobó la parte golpeada, aunque solo lo hizo para alimentar el ego de Jeongin, sus golpes eran como los de un gatito.

―No soy capaz de decir la razón para decir pervertido por sería decir que fui ciego para no saber la razón por la cual decían eso y sería muy vergonzoso para mí decir que no vi las señales y que-

Changbin le tapó la boca con su mano, estaba nervioso y por esa razón decía cosas sin sentido y de manera rápida.

―Jeongin respira ―quitó su mano ―primero tranquilízate y luego me cuentas, porque me asusté cuando dijiste "pervertidos".

Jeongin se tomó su tiempo, porque sería tomado como un estúpido por recién darse cuenta de algo que era muy obvio.

―Bueno... es solo que... ¡No te vayas a burlar! ―amenazó con el dedo índice, Changbin subió sus manos en señal de rendición.

―No lo haré, lo juro ―Jeongin vio la pistola de nuevo, pero ahora no se sentía intimidado, porque en el fondo sabía que Changbin no la usaría con él, no mientras no sepa a qué se dedica y a qué vino.

―Al ponerme esta blusa... Vi como mi cintura se marcó... Y el pantalón lo ajustó siempre en la cintura... Bueno, la cuestión es que no me di cuenta hasta ahora que tenía este tipo de cuerpo... Y... Cuando trabajaba me decían de muchas cosas debido a mi cuerpo, cosa que antes no me daba cuenta... Pero ahora...

―Recién supiste de que hablaban ―Jeongin asintió, era patético que no se diera cuenta de cosas que se notaban a plena vista ―es normal que pase eso, hasta a mí me ocurre ―se acercó a Jeongin, tomando su cintura con sus manos, sintió la pistola cerca de su cadera, en lugar de inquietarse sintió gozó por sentir la pistola ―Aunque de todo lo que me contaste lo único que me desconcierta, es que no sepas el cuerpo que te cargas ―con su mano libre apretó el costado derecho de Jeongin acercándolo más a su cuerpo ―Porque estoy seguro que miles de personas desearían tener tu cuerpo.

Jeongin soltó un jadeó, nadie fue capaz de decirle esas cosas, bueno, no de esa manera, con la voz ronca y mirando su cuerpo con deseo.

Okey, Jeongin se estaba poniendo caliente.

23/03/24