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Luego de aquella confesión, Changbin recibió una llamada y Jeongin agradecía internamente, porque de no ser así ya le había entregado su virginidad a Changbin.

No está listo, todavía.

Salió de su habitación, porque si Changbin volvía su miedo y raciocinio se irían por el caño.

En afuera vio el lugar, las empleadas estaban en su descanso, así que la casa se veía solitaria, recordó sus días en su departamento, en aquel que con mucho esfuerzo se tardó en comprar.

En ahí el único que hacía ruido era él, la soledad se percibía en el mismo segundo que ponías un pie dentro.

Suspiro por la melancolía, no le gustaba ese aire de soledad que daba su departamento, por eso pasaba la mayor parte de su día en la oficina, al menos ahí no estaba solo.

Unos brazos lo rodearon, llenando de calidez su cuerpo, que de un momento a otro se encontraba frío.

―Al fin podemos hacer algo sin que nadie nos vea ―beso su cuello, Jeongin se sorprendió, pero no pudo decir nada, porque al dejarse llevar en esa ocasión le dió el permiso a Changbin para hacer con su cuerpo lo que quisiera, menos tener sexo, eso si que no.

―¿Qué quieres hacer? ―dijo seductoramente, fingiendo, aunque en realidad no lo hacía, pero para Jeongin era una actuación.

―Quiero hacer algo que estuve pensando desde el avión ―Jeongin iba a responder, pero Changbin lo cargo en sus brazos, llevándolo hasta la piscina ―quiero nadar.

Bajó a Jeongin de sus brazos, se quitó la ropa y salto a la piscina, salpicando el agua por todas partes.

Jeongin tenía un sonrojo en sus mejillas, era la primera vez que veía el cuerpo de Changbin, bueno, la segunda vez, pero la primera no la vio, sino que la toco.

―Ven, el agua está tibia ―extendió su mano a Jeongin, pero este negó, no sabía nadar.

―No sé nadar, además tengo un poco de frío.

Changbin salió de la piscina, sus boxer se ajustaron a su miembro, Jeongin intento desviar su mirada, pero sus ojos no le obedecían.

―Te prometo que no dejaré que te pase nada, y como dato extra, la piscina no está profunda, debe medir un metro cincuenta.

Volvió a extender su mano, esta vez Jeongin la aceptó, siempre quiso aprender a nadar, su padre le prometió que le enseñaría, pero la oportunidad no se dió.

Jeongin se quitó la ropa, la blusa negra, que a Jeongin le dió mucha pena dejarla de usar, se bajó los pantalones y fue con Changbin hasta las escaleras de la piscina.

Sus pies sintieron el agua tibia, haciéndole soltar un gemido de gusto, siguió bajando hasta que medio cuerpo estaba bajo el agua.

―Ves, te dije que no era profunda ―Jeongin asintió, disfrutando de la calidez del agua.

Sus manos se posaron en el borde, quería sentir el agua en todo su cuerpo, tomó aire y se sumergió, su cuerpo se sintió muy bien al hacerlo, como si todos sus problemas se fueran con el agua.

―No lo hagas tan seguido, porque sino te cansas y no aguantarlas mucho tiempo ―le aviso, comenzando a nadar, de un extremo al otro.

Jeongin admiraba esa habilidad, porque no muchos podían nadar, unos porque tienen miedo a un calambre y que nadie los auxilie, otros simplemente por una mala experiencia, su caso era que no pudo, cuando era niño sus padres no tenían mucho tiempo libre, pero aún así su padre le dijo que le enseñaría.

Cuando ellos murieron fue mandado a un orfanato, ahí espero a ser adoptado, pero como era un niño de diez nadie lo adoptó, trabajo durante mucho tiempo para salir adelante, se esforzó mucho en llegar a dónde estaba.

Tiempo libre para aprender cosas simples pero completamente necesarias, pues no tenía.

Changbin se acercó a él, lo tomó de la cintura y poco a poco lo llevo al centro de la piscina.

―Voy a taparte los ojos, así que caminaras lento ¿Está bien?

Jeongin quiso preguntar la razón para hacerlo, pero Changbin no le dió tiempo, porque le tapó los ojos y le hizo caminar hacia algún lugar de la piscina.

Se detuvieron en una esquina, no sabía dónde.

Changbin quitó sus manos, dejando que Jeongin viera su alrededor. El lugar era hermoso, la carretera estaba un poco lejos, pero más allá estaba la playa.

Cerca de la casa de Changbin no había otra, era la única, siguió mirando, hasta que vio unos drones subir al cielo, formando unas figuras.

―¿Qué es esto?

―Solo mira.

Jeongin volvió la vista a los drones, escribieron algo.

"♡ Feliz cumpleaños Jeongin ♡ "

Changbin lo abrazó de la cintura y Jeongin sentía muchas ganas de llorar, durante tanto tiempo nadie celebraba su cumpleaños que se le olvidó.

Volteó su cuerpo para mirar de frente a Changbin, con sus manos acunó las mejillas del contrario, se acercó al contrario, sus labios a nada de tocarse, hasta que Jeongin tomó un pequeño impulso y lo besó.

Cuando se separaron, Jeongin se encontraba más sensible.

―Gracias ―dijo al borde de las lágrimas, le causó mucha conmoción que alguien se tomará el tiempo para prepararle algo así.

―No fue nada, solo es el cumpleaños de la persona más linda que mis ojos vieron, así que se merecía lo mejor.

Changbin limpió las lágrimas que Jeongin comenzó a soltar.

―Estoy actuando como un sensible ¿Verdad?

Changbin le sonrió, quitó las manos de Jeongin de su rostro y lo abrazó fuertemente.

―En realidad no, me parece muy lindo que demuestres tus emociones tan abiertamente ―sobó la espada de Jeongin, porque se estaba enfriando.

De pronto unos fuegos artificiales se escucharon, Jeongin quiso darse la vuelta para mirar, pero con los brazos de Changbin a su alrededor no pudo hacerlo.

Changbin soltó un poco su agarre, dejó que Jeongin se volteara y volvió a abrazarlo, esta vez aferrándose a su cintura.

Los fuegos artificiales eran hermosos, de distintos colores e intensidades, pero uno le gustó más, uno donde formó un corazón, justo a lado de los drones.

Sin duda su mejor cumpleaños, y eso que todavía empieza.

Sin duda su mejor cumpleaños, y eso que todavía empieza

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24/03/24

Plan: Seo Changbin [Changjeong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora