Plan: Seo Changbin [Changjeong]

XXVII

Jeongin salió solo de la mansión, en todo este tiempo jamás salió de la mansión sin Changbin.

Aunque en ese momento no le importaba, su cabeza daba vueltas y en lo único que podía pensar fue en ir al cementerio.

Los guardias lo vieron escapar, pero por órdenes de Changbin dejaron que se fuera.

Jeongin corrió por la carretera, quería desahogar su frustración y decepción, pero más que todo quería reclamar a sus padres por las mentiras con las que le hicieron crecer.

Aunque a medio camino se retractó.

¿Qué ganaba con ir al cementerio? ¿Sus padres le responderían? ¿Lograría cambiar su vida de ahora sí va dónde sus padres?

No, nada cambiaría.

Soltó un suspiro, miró su alrededor y vio que estaba demasiado lejos de la mansión, tuvo la opción de volver, pero decidió seguir su rumbo, al fin de cuentas, tenía planeado contarle a sus padres sobre lo sucedido estos meses.

Cuando llegó al cementerio pudo ver los árboles de los diferentes lápidas, camino hasta donde estaban sepultados sus padres.

El árbol de ellos era gran de frondoso, lleno de varias fotos y moños decorativos, una lágrima recorrió su mejilla.

―Ya sé la verdad y aunque me haya sentido muy decepcionado por ustedes y el trabajo que tenían, al final lo hicieron por mí y son mis padres, no puedo odiarlos ―tocó el tronco del árbol ―aunque en el fondo estoy agradecido por esto, porque sino no hubiera conocido a Changbin.

Jeongin sonrió al recordarlo, soltó un suspiro y se sentó cerca del árbol, comenzó a decir todo lo que pasó en los últimos meses. Desde la primera vez que vio a Changbin, hasta su primer te amo de ambos.

Se quedó ahí por un buen rato, dijo todo los quiso decir y al final, su corazón se sintió liviano, como si todas sus preocupaciones y rencores se hayan ido. Aunque en el fondo sabía que se libero de muchas emociones.

Quiso levantarse del suelo, pero una mano extendida se lo impidió.

―¿Quién eres?

―No lo sabrías.

Le respondió en un idioma que no reconocía, quiso huir, pero más hombres se acercaron al lugar, impidieron que se vaya.

―Changbin me las pagará.

Dos hombres lo agarraron, para luego taparle la boca con un pañuelo envuelto, uso todas sus fuerzas para tratar de liberarse, pero el hombre frente a él le inyectó algo en el cuello.

Perdió fuerza en su cuerpo y sus ojos se volvieron pesados, poco a poco perdió el conocimiento, hasta que finalmente ya no vio ni sintió nada.

La desesperación lleno el cuerpo de Changbin, ya pasaron cinco horas desde que Jeongin salió de la mansión, incluso el guardia que seguía a Jeongin no llegó.