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You know I'm here for whatever you need.

20 de noviembre. Pittsburgh. Consal Energy Center.

Acabábamos de salir al escenario y había tenido la sensación de querer romper el suelo con mis pies. Era verdad eso que decían en la presentación, antes de que saliera Justin. Era verdad que estos conciertos te hacían sentir la electricidad del ritmo corriendo a través de tus venas.

Me hacían olvidar todo.

Puedes tener miles de vías de escape para que todo el dolor que sientas te abandone por un momento o un rato. 

La música, el deporte, la moda, pero el mío era el baile y tocar el piano. 

Desde que había empezado la gira me había acordado de mi padre todos los días de ella. De su sonrisa cada vez que me recogía en el instituto, de cómo me hacía olvidarme de todos los problemas cada vez que íbamos él y yo solos a la playa, de las bromas que le decía a mi madre cada vez que se enfadaba con él y ella lo perdonaba, antes de que se separaran. Todas las barbacoas que hacíamos en el jardín los domingos y todos los cumpleaños que me dejaba celebrar en el jardín. De cómo me dijo que sonriera antes de morirse.

Once años. -21 de noviembre de 2006.-

Estaba saliendo del colegio. Mi madre no se había bajado del coche y eso era raro en ella. Siempre se bajaba, incluso desde que papá había tenido que quedarse en el hospital porque estaba malito. Me subí al coche y le di un beso, como siempre, pero esta vez ella estaba seria.

"¿Qué pasa mamá?" La miré después de ponerme el cinturón de seguridad.

"Cariño... papá se ha puesto más malito." Me miró a través del retrovisor del coche y pude ver las lágrimas en sus ojos. Yo fruncí el ceño.

"Pero mamá, a papá no le pasará nada." Me encogí de hombros. "Él me dijo que iba a ser fuerte por los tres." Mi voz aún aguda, debido a que era una niña llenó el coche de esperanza.

"Lindsay, tu padre ya no puede ser fuerte por nosotras." Vi que mi madre había cogido el trayecto por el que siempre íbamos al hospital.

Yo no dije nada más por el camino. Mi padre me había dicho que iba a ser fuerte por los tres y que nadie nos iba a separar nunca, ni siquiera una enfermedad. 

Y él siempre cumplía sus promesas.

Cuando llegamos al hospital yo me bajé primero que mi madre y entré en este. Ya me sabía el camino hasta la habitación que tenía papá de memoria. Entré en esta y la persiana estaba más bajada de lo normal, la tele no estaba encendida y el pecho de mi padre subía y bajaba con dificultad.

"¿Papá?" Cogí una silla y la acerqué a la cama para verle la cara.

"Hola cielo." Mi padre tosió sin fuerzas pero aun así me miró sonriendo.

"Mamá dice que ya no quieres ser fuerte por los tres." Le limpié un poco el sudor que había en su frente. Fruncí el ceño al sentir que era frío.

"Escucha una cosa Lindsay," Me cogió y me sentó a su lado. "Cuando papá ya no esté aquí, no te canses nunca de sonreír y de hacer sonreír a los demás ¿vale?" Me miró a los ojos y puso un mechón de pelo detrás de mí oreja. "Nadie se merece estar serio, por muy malo que haya sido en su vida, todo el mundo tiene que tener una sonrisa en su casa. Y tú la primera, no permitas que nadie te quite esa sonrisa tan preciosa que tienes." Acarició mi mejilla y dejó caer su brazo para coger mi mano.

"Pero papá... ¿por qué me dices eso? Tú me prometiste que nunca nos ibas a dejar y eso quiere decir que siempre vas a estar aquí y vamos a hacer sonreír a todo el mundo los dos juntos." Le sonreí.

Purpose |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora