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 "So why are you crying?"


Estoy en blanco.

No puedo pensar con claridad mientras miro desde el sofá como gente de la comisaría entra y sale de mi piso. Mi mente no va más allá de la sangre que había en la pared, dándome la bienvenida a Nueva York, aunque sabía que detrás de las letras que formaban el nombre de la cuidad, la palabra infierno se ocultaba en ellas.

Porque me sentía así

Como si acabase de llegar al mismísimo infierno.

Noté el sofá hundirse a mi lado y vi que Alice me ofrecía el espresso que había calentado ya por tercera vez. Me miraba preocupada y pidiéndome con la mirada que bebiese algo que me devolviera en calor al cuerpo.

"Ya han cogido muestras para ver a quién pertenece la sangre." Me dio confort con una de sus manos, pasándola de arriba-abajo por mi espalda. Yo no dije nada. No tenía claro si las palabras se habían esfumado de mi garganta o si se habían agolpado en ella todas a la vez. De una forma u otra, no conseguían salir. "Si quieres puedes quedarte esta noche en casa. Adam tiene guardia y podemos tener más intimidad, si quieres."

"No quiero que mañana te encuentres con una pintada de sangre delante de tu puerta también." Negué. "Me quedaré aquí."

"No seas idiota, Lindsay. No es seguro que te quedes aquí hasta que no sepamos de qué va todo esto."

"Es que nunca vamos a saber de qué va esto. Son pistas que llevan a una misma persona y a la misma vez a nada. No sé si te recordará a alguien." Reí sin gracia recordado todas las veces que el modus operandi de Moore aparecía en un crimen, pero no conseguíamos pruebas suficientes para arrestarle.

Adam se acercó a nosotras y se agachó en frente de mí, apartándose su pelo rubio de la cara.

"Jake está fuera. Le he llamado por si Moore había planeado que alguien te hiciese esto y la persona no se haya echado atrás. Me ha dicho que no sabía nada." Sonaba decepcionado. Al igual que yo, sabía que todo este tema era mucho más grande de lo que parecía. "Si quieres puedo decirle que entre." Me encogí de hombros ante eso.

A los pocos segundos Jake llegó y se sentó a mi lado. Alice se había ido con Adam porque algún agente les había llamado.

"No puedes quedarte aquí." Notaba su mirada taladrándome la cabeza. "Mira Lindsay, Moore no estaba solo. Mucha gente se juntaba a su culo porque les beneficiaba y su muerte no ha hecho ninguna gracia." Fue claro conmigo, como siempre hacía. "Quedarte aquí es como chillarle a toda esa gente que vengan a buscarte."

"¿Y qué hago Jake? ¿Huir? ¿Huir como si no fuesen a buscarme en algún otro sitio? ¿Cómo si no fuesen a hacer lo que hizo él?" Negué mientras volvía a dejar el espresso en la mesa que estaba en el centro del salón. Alice me mataría. "Si van a matarme o van a ir a por mí, lo harán esté aquí o esté en la otra punta del planeta."

"No te voy a decir que no tengas razón, pero yo me iría de aquí." Se encogió de hombros y miró al frente.

"No me voy a ir y a dejarte con todo el marrón que tenemos que resolver ahora mismo." Tensé mi mandíbula cabreada porque nadie pudiese entenderlo. "Te recuerdo que me salvaste la vida y te prometí que tu familia no iba a salir afectada." Me levanté del sofá dispuesta a irme pero él me agarró de la muñeca.

"Joder, pues no me obligues a salvártela otra vez." Me miró fijamente y sus ojos marrones me atravesaron, al igual que sus palabras. "No te vayas del país si no quieres, pero no tengas una vivienda fija. Vive una temporada en hoteles si hace falta."

Purpose |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora