61

1.1K 38 2
                                    

Getting sick


En mis 19 años de vida, creo que lo que menos soportaba era la manía de la gente de pensar que tenían derecho a juzgar a los demás. Pero lo que más rabia me daba, era cuando la gente se creía con el derecho a decir cuánto valor tenía una persona.

La gente que decía "es que x no era suficiente para x" me producía mucho asco. ¿Por qué no dejaban de soltar basura? ¿Por qué no podían meterse en la mente que nosotros somos suficientes para NOSOTROS MISMOS? ¿Por qué siempre tenían que haber terceras personas?

Me parecía mezquino y rastrero que alguien se creyese con el derecho de decir cuando una persona era suficiente o no para alguien y me dolía en el alma cuando esa persona, se acababa creyendo que no era suficiente para nadie, ni siquiera para ella misma.

Somos suficientes para todo el mundo, pero lo único importante y lo que de verdad tiene que importarnos es que sólo tenemos que ser suficientes para nosotros mismos.

Sólo nosotros nos tenemos que querer a nosotros mismos, solo nosotros nos tenemos que cuidar a nosotros mismos, solo nosotros nos tenemos que mirar al espejo y decirnos que somos un regalo para el mundo.

No importa todo lo que digan los demás.

Estamos vivos por una razón. Hemos venido al mundo por una razón y nadie tiene derecho a intentar hacernos pensar que eso no es así.

Estamos viviendo la vida porque todos tenemos un propósito en ella. Quizás tardamos más o menos en descubrirlo, pero nadie puede hacernos renunciar a él.

Ni siquiera nosotros mismos.

Habíamos llegado el día anterior a LA. Todos estábamos cansadísimos y nos acostamos nada más llegar, después de cenar y ducharnos.

Estaba en la cocina, haciéndome una merienda-cena, si se podía llamar así. Puse las tostadas de aguacate y salmón encima de la isla de la cocina y saqué el yogur y la piña de la nevera.

"Dios, qué pinta tiene eso." Za apareció por la cocina. "¿Nos haces la cena a Atifa y a mí?"

"Mis tarifas de chef son demasiado altas para ti." Reí y cogí un cuenco para mezclar el yogur con la fruta.

"Que exigente." Se puso a mi lado. "Deja de eso en la nevera y te prometo que no como postre." Se separó para salir de la cocina.

"Pasáoslo bien." Le sonreí y cogí un cuenco más grande para hacerle caso.

Al desgraciado le encantaba la fruta con yogur.

Fui hacia el salón y encendí la tele, desde la que ponía poner música. Di al botón de aleatorio y volví a la cocina. Cogí una tabla y empecé a pelar la piña con cuidado de no cortarme.

Se me hacía la boca agua.

Oficialmente, Tuts y yo estábamos solas en la casa. Justin había ido a un estudio después de desayunar y Za se había ido a cenar con Atifa. De ahí mi atuendo con unos pantalones cortos de pijama y una camiseta de asillas.

Y desde que Za había salido por la puerta, sin sujetador.

Empecé a cortar la piña mientras mi cuerpo se movía al ritmo de una melodía ya conocida para mí. Body on me de Rita Ora y Chris Brown inundaba la casa.

Me encantaba esa canción y todos los recuerdos de los últimos días que me traía.

Metí lo que había dejado para los demás en la nevera y me senté en una banqueta, dándole una mordida a la tostada que había hecho.

Purpose |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora