Azael
¿Había escuchado bien? ¿Ilyra estaba encinta?
Su noticia me había hecho quedarme totalmente sorprendido. Miré a Draven intentando buscar una respuesta, la cual fue una leve sonrisa, de esas que solo mostraba cuando estaba realmente complacido. Ilyra seguía emocionada, sus ojos llorosos.
Esos dos iban a ser padres. Y eso nos convertía en Keegan y en mi, en tíos.
El Comandante General del Ejército del Subsuelo y la líder de la Ala Médica y Alquimistas, iban a formar una familia pese a sus múltiples encontronazos y discusiones a lo largo de su vida. Entonces fui yo, quién noté como una mano se posaba en mi hombro izquierdo.
—Hermano, vamos a ser tíos —confirmó Keegan a mi lado.
Cuando me giré a verlo, sus ojos zafiro también brillaban. Por supuesto que conocíamos a muchos de nuestros aliados que tenían hijos, pero no era lo mismo, que uno de nosotros tres tuviera un hijo, nos convertía ya en una familia. Y eso significaba que nuestra pequeña familia se hacía más grande.
Una sonrisa genuina me nació en la comisura de los labios. A pesar de lo complicado que eran los embarazos en feéricos oscuros, sabía a la perfección que Ilyra iba a superarlo porque ella era fuerte y más, cuando era la única que podía calmar a Draven.
Entonces, miré a ambos de nuevo. Buscando respuestas ya que cuando una hembra feérica estaba embarazada, su Aroa y el pulso del bebé se sentía pero esta vez, ni yo pude notar nada. Y como si Ilyra me hubiese leído la mente, respondió con tranquilidad a todas mis incógnitas.
—Estoy de dos meses y no habéis podido sentir nada porque he estado tomando supresores para mi aroma y el del bebé.
Asentí con la cabeza, entendiendo bien como habían conseguido engañarnos a todos. Inspiré sabiendo que en un futuro próximo, nuestra realidad iba a cambiar. Y aunque sabía cómo era Draven, no pude frenar el ímpetu de ir a abrazarlo, seguido de Keegan.
—¡¡Vas a ser padre!! —soltó riéndose Keegan, a nuestro lado, mientras Draven y yo sonreíamos abrazándonos. No me denegó el abrazo, así que si, estaba demasiado emocionado par adrarse cuenta de lo que estaba haciendo.
Por el rabillo del ojo, vi una escena completamente distinta a la mía. Ilyra y Xylia estaban tomadas de la mano, y mientras Ilyra dejaba caer unas cuantas lágrimas debido a la conmoción, Xylia sonreía como nunca antes había visto. Sus ojos verdosos estaban llenos de luz mientras sonreía a Ilyra. Era preciosa y su sincera reacción ante tal noticia, me dejó cautivado. Era hermosa y a pesar, de llevar el vestido sucio debido al incidente que había tenido lugar esta mañana, se veía increíble. Esa humana me tenía totalmente hipnotizado.
Varios minutos después, me separé de Draven y tanto Keegan como yo, le dimos la enhorabuena a Ilyra. Aún no me creía que fueran a ser padres. Era algo inimaginable, ya que tampoco nos veía a ninguno de los tres, convirtiéndonos en padres, a pesar de quererlo ser. Pero finalmente, Draven iba a convertirse en uno, y estaba seguro que ese bebe que estaba creciendo en las entrañas de Ilyra, sería muy querido.
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La Leyenda Áurea
FantasíaEsa noche, Xylia nunca olvidaría esa noche, en la que los habitantes del bosque salieron a celebrar sus rituales sagrados hacia los dioses con sus danzas tradicionales pero todo colapsó con la llegada de ese monstruo que la reclamó a ella ¿ y qué oc...